TOPSHOTS A man stands near his flooded house in the southern Russian town of Krymsk on July 8, 2012. The death toll from severe flash floods in Russia's southern Krasnodar region climbed to 150 people from the figure of 146 released earlier by investigators, a police spokeswoman said Sunday. AFP PHOTO / MIKHAIL MORDASOV (MIKHAIL MORDASOV)
Krymsk, Rusia. AFP. Los servicios de rescate siguieron hallando cuerpos ayer cerca de Krymsk, localidad del suroeste de Rusia, donde una inundación dejó más de 171 muertos.
Ante el enojo de los habitantes, el presidente Vladimir Putin ordenó indagar si hubo imprudencia en el manejo de una represa local cuya agua se liberó, al parecer sin aviso, ante las fuertes lluvias y que pudo influir en la tragedia.
Ayer se localizaron varios cuerpos lo cual elevó a 171 los muertos el fin de semana. De ellos, 159 son de Krymsk y sus alrededores situados en una región a orillas del Mar Negro donde los aguaceros y una violenta crecida azotó la zona el viernes de noche.
La prensa y equipos de rescate temen, no obstante, que la lista de decesos aumente a medida que el agua retroceda y los servicios de rescate avancen en su trabajo.
“Abrimos las casas: cadáveres”, explicó por la noche el jefe de distrito de Krymsk, Vassili Kroutko, en una reunión de crisis con el presidente Putin.
El político decretó día de duelo nacional hoy lunes. Ayer, la zona presentaba un paisaje de desolación con árboles o partes de casas caídos o vehículos volcados.
Según las autoridades, más de 12.000 habitantes y 4.000 viviendas fueron afectadas por el desastre en este distrito que cuenta con unos 60.000 pobladores.
Posible negligencia. Muchos en el lugar sospechan que alguien dejó salir agua intencionalmente de un embalse artificial situado en una zona elevada cerca de la ciudad.
“Jamás vimos algo así. La ola de varios metros se llevó todo. No es la lluvia. Abrieron las compuertas, pero nadie lo dirá jamás”, afirmó Irina Morgounova una de las residentes afectadas.
El presidente Vladimir Putin, cuya residencia de verano se encuentra 200 km al sur, cerca de la estación balnearia de Sotchi, se dirigió al lugar el sábado.
Durante la reunión de crisis, Putin interrogó en detalle al alcalde de Krymsk sobre la hora en la que recibió la alerta sobre el riesgo de inundación y sobre la manera en que la transmitió a la población.
Decenas de habitantes de la zona afirmaron que tampoco fueron advertidos antes de la crecida que los sorprendió por la noche, entre 2 a.m. y 4 a.m. del sábado.
“Pedí al jefe del comité de investigación rusa que viniera aquí, verificará los actos de todos los responsables”, declaró Putin.
Se abrió una investigación por homicidio por imprudencia.
Un responsable le repitió varias veces a Putin que el embalse de Neberjdaevskoe, situado en la montaña y destinado a suministrar agua potable a Novorossiisk, no largó agua de forma que fuera a causar la catástrofe.
Esta acusación encontró un eco la víspera en el partido de la oposición Iabloko que, sobre la base de informes de ecologistas locales, afirmó que tuvo la confirmación de que sí se soltó el agua.
Putin prometió, por otra parte, una ayuda financiera para las viviendas destruidas e indemnizaciones, por unos dos millones de rublos (50.000 euros) para cada familia de una víctima.