Rajha pensaba que las protestas, que estallaron a mediados de marzo de 2011, formaban parte de una gran conspiración contra Siria, de la que acusó en varias ocasiones a los países occidentales.
Su clara aversión al levantamiento lo convirtieron en blanco de los rebeldes, que lograron acabar con su vida en un atentado ayer.
Nacido en 1947, consideraba la revuelta contra el régimen una guerra verdadera que tenía como objetivo atentar contra la soberanía del país.
El general, que ocupaba también el puesto de vice primer ministro, fue designado el 8 de agosto de 2011 titular de Defensa en el gobierno del entonces primer ministro, Adel Safar.
Durante su estancia al frente del Ministerio, el Ejército lanzó sangrientas operaciones para doblegar a la oposición y sofocar las protestas en varias ciudades del país.
Estas acciones de represión llevaron a que su nombre, junto al de otros ministros sirios, integrara la lista de personalidades del régimen sometidas a sanciones estadounidenses, así como de la Unión Europea y la Liga Árabe.
En medio de sus maniobras para mantener al régimen en el poder, los medios de comunicación especularon con alguna visita secreta a Moscú, con el objetivo de suscribir nuevos contratos de armas y ampliar otros antiguos.
Rajha nació en Damasco, en el seno de una familia cristiana procedente de Arbin, situada en la periferia de la capital.
Esta zona se ha convertido en uno de los feudos de la oposición a al-Asad y en los 16 meses de rebelión ha sido frecuentemente castigada por la represión de las fuerzas gubernamentales.