En un país golpeado por la pobreza, el multimillonario Horacio Cartes se impuso con facilidad en las elecciones el domingo, gracias a que su partido, el Colorado, posee una enorme capacidad organizativa y de movilización. Los anuncios ‘apolíticos’ sobre el Grupo Cartes también ayudaron.
Asunción. Los analistas coinciden en afirmar que el triunfo del domingo en Paraguay hay que atribuirlo primero al Partido Colorado y luego a Horacio Cartes. En otras palabras, cualquiera que hubiese sido el candidato habría tenido serias posibilidades de alcanzar la victoria por la enorme capacidad organizativa y de movilización que tiene esa organización, y por lo que significa entre los paraguayos un partido de 126 años que hegemonizó el Gobierno entre 1946 y 2008.
“El Partido Colorado representa trabajo, pertenencia al
“Durante toda la jornada electoral, yo pude ver las camionetas de los colorados llevando gente a votar. Y esa es una capacidad que no tienen los liberales, que de todas maneras han hecho una muy buena elección”, agregó.
En Asunción, el triunfo colorado fue mucho más claro por la gran cantidad de empleados públicos que hay en la capital paraguaya. Se estima que el 80% de ellos está afiliado al partido, porque de hecho fue la condición que tuvieron que cumplir en su momento para poder acceder a un empleo público.
Con la excusa de que era propaganda de la empresa, y no del candidato, los videos publicitarios del Grupo Cartes se estuvieron emitiendo por televisión, incluso al iniciarse la veda electoral.
La publicidad que muestra a hombres que trabajaban y familias felices, enfatizaba que se trata de un conjunto de 26 compañías que permiten llevar “una vida digna a más de 3.500 familias”.
En tercer lugar, la pregunta puede ser por qué perdió el candidato liberal Efraín Alegre.
El analista Capli considera que Alegre es quien está pagando las culpas de la destitución de Lugo y que el acuerdo que logró con el partido del desaparecido general Lino Oviedo (fallecido en un accidente en helicóptero el 2 de febrero anterior) no fue acompañado por los votantes oviedistas.
“La izquierda castigó a Alegre por los errores de este gobierno de Federico Franco que nació con fórceps y aislado de la región”, dijo Capli. “Además, según nuestros sondeos, los votantes de Oviedo prefirieron volver a sus orígenes colorados”, agregó.
Pero sería un error creer que el Partido Colorado es el mismo que apoyó a la dictadura de Stroessner. “Yo tenía 26 años cuando finalizó la dictadura, y nosotros hemos reconstruido el partido con base en el voto joven. En estos cinco años que no fuimos gobierno, afiliamos a 400.000 jóvenes”, dijo Lilian Samaniego, presidenta de la entidad.
Cuando le pedimos una definición sobre la identidad de su partido, Samaniego dijo: “Es el de la paraguayidad. Está enraizado en nuestra idiosincrasia. No se trata de una ideología importada como la de los liberales”.
“Nosotros reconocemos los errores del pasado y queremos reivindicar al coloradismo con obras, con gestión. Nunca más una dictadura de ningún partido”, agregó.