Buenos Aires. AFP. El impulso a los juicios contra militares de la dictadura (1976-83) y a la economía son tan representativos de la década en el poder del matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner, como su política de confrontación, que desató amores y odios en Argentina.
El país está sumido en la discordia entre los Pro-K, que destacan la creación de empleo y la política de derechos humanos, y los Anti-K que denuncian autoritarismo, corrupción e inseguridad.
La “Era K” (la letra K pasó a ser la marca del kirchnerismo) se inició el 25 de mayo de 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner hasta 2007 (falleció de un infarto en 2010), y se prolongó con su esposa, Cristina Kirchner, elegida en 2007 y reelegida en 2011.
Los Kirchner, exmilitantes de la izquierda peronista en los turbulentos años 70, llegaron al poder apadrinados por caciques moderados y centroderechistas del partido, pero enseguida dieron un viraje hacia lo que se denomina el nuevo progresismo latinoamericano.
“Néstor Kirchner construyó un fuerte liderazgo y fue exitoso en reencauzar al país por una senda de crecimiento económico y social”, dijo el sociólogo Manuel Mora y Araujo, director local de la consultora Ipsos, con sede en París.
La caída de la tasa de desempleo de 19,8% a 7,9% apuntaló al kirchnerismo, que además creó una Asignación Universal por Hijo para subsidiar a 3,5 millones de personas, miembros de familias pobres, según el organismo de la seguridad social, mientras la economía creció 7,2% en promedio en esta década.
“La primera década del siglo XXI, ha sido la de mayor crecimiento de América Latina en sus dos siglos de historia. En Argentina, Néstor Kirchner lo aprovecha y gana popularidad”, aseguró el politólogo Rosendo Fraga.
Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría y miembro de la Academia Argentina de la Historia, sostuvo que “el modelo de Néstor Kirchner osciló entre el populismo de Hugo Chávez y la socialdemocracia del PT (Partido de los Trabajadores) en Brasil”.
Los Kirchner, cuya carrera política la empezaron en la patagónica y despoblada provincia de Santa Cruz, emergieron como líderes tras la peor crisis de la historia argentina desatada en el 2001, cuando se rompió la paridad del peso con el dólar y se declaró un default .
Otro eje del modelo kirchnerista fue derogar las leyes de amnistía e indultos a los comandantes de la dictadura (1976-1983), iniciativa que reabrió los juicios por crímenes de lesa humanidad con más de 200 condenas en 10 años, incluidas las del exdictador Jorge Videla, fallecido el viernes en prisión.
Los K, que fueron un matrimonio hasta en el ejercicio del mando, también relevaron a miembros de la desprestigiada Corte Suprema para conformar un tribunal prestigioso, que incluso ha confrontado ocasionalmente a su gobierno.
Nuevos pasos. “Pero Cristina K se aleja de Brasil y se identifica con Chávez, con estatizaciones, control de cambios, congelamiento de precios y una política exterior que incluye el acercamiento con Irán”, analizó Fraga.
Otros analistas, en cambio, elogian que Estados Unidos dejara de ser una referencia para Argentina, la cual priorizó la integración con los países suramericanos.
El discurso político confrontativo de la pareja se potenció con la mandataria y arreciaron los escándalos de corrupción que salpican a funcionarios y empresarios ligados al poder.
Así, este décimo aniversario coincide con un marcado descontento social y el deterioro de la imagen de Fernández.
Miles ganaron varias veces las calles para protestar contra la inseguridad, la corrupción, el cepo cambiario –que impide comprar dólares para protegerse de la inflación, que según los economistas llegó al 25,6% en 2012– y lo que califican de “autoritarismo K”.
El Gobierno también atizó un enfrentamiento con uno de los mayores multimedios de Latinoamérica, el Grupo Clarín, que logró por el momento amparo judicial para evitar una ley antimonopólica que lo obligaría a desprenderse de radios y señales de TV.