Río de Janeiro. Un australiano en estado grave y otras nueve personas siguen hospitalizados tras el atropello masivo que este jueves mató a una bebé en el paseo de Copacabana de Rio de Janeiro, provocado por un conductor que sufrió un ataque epiléptico.
El australiano, de 68 años, respira de forma asistida; los otros heridos, entre ellos dos menores de 7 y 10 años, están estables pero con varias fracturas, informó este viernes la secretaría de Salud de Rio de Janeiro en un comunicado.
Las autoridades descartaron rápidamente que se tratara de un atentado y confirmaron que el conductor arrolló a 17 personas, causando la muerte de una bebé de nueve meses y dejando 16 heridos, cinco de los cuales ya fueron dados de alta.
El accidente se produjo hacia las 8:30 p. m. (hora local), poco después del atardecer de ese caluroso día de verano, cuando el paseo contiguo a la emblemática playa de Copacabana estaba lleno de bañistas, gente corriendo y turistas.
El automóvil negro perdió el control e invadió la acera, que no tiene barreras ni topes de cemento, atropellando a las personas cerca de un kiosco-bar y desatando el pánico.
A la espera de las ambulancias, los heridos quedaron tendidos en el suelo auxiliados por transeúntes, mientras que el automóvil quedó sobre la arena de la playa con los cristales y la parte frontal destrozada.
La Policía detuvo al conductor, de 41 años, quien explicó que tuvo una crisis de epilepsia.
Los agentes constataron que había medicamentos para esa enfermedad en el vehículo y las pruebas médicas descartaron que el brasileño estuviera bajo los efectos del alcohol o las drogas.
El conductor podrá responder en libertad a la acusación de homicidio culposo (no intencional).
Darlan Rocha, el padre de la bebé fallecida, se lamentaba por la muerte de la pequeña, que llegó a ser atendida en un centro de atención primaria de Copacabana.
"¿Cómo es eso de que él tomaba medicamentos para la epilepsia y tenía permiso de conducción? Es un asesino, no debería tener carnet”, dijo Rocha, de 27 años, a Globo Televisión.
La prensa brasileña asegura que el conductor tenía su permiso suspendido desde el 2014 y que habría escondido a las autoridades que sufría epilepsia, lo que le permitiría conducir siempre y cuando la persona supere unos exámenes neurológicos.
La playa de Copacabana es, junto a la vecina Ipanema, el lugar predilecto de los turistas de la "Cidade Maravilhosa”, que estos días está repleta de veraneantes en pleno periodo de vacaciones y a solo tres semanas del Carnaval.