Tres años atrás, caminar por la zona portuaria de Río de Janeiro generaba tensión. Ni siquiera había por dónde andar.
La perimetral -una autopista elevada, construida en la década de 1950- separaba el lado del mar y los almacenes del puerto, del resto de la ciudad.
Había pocas razones para visitar ese sector: ir a bailar a The Week, una disco famosa; ir a escuchar samba al Trapiche Gamboa, una casa nocturna tradicional, o a la Pedra do Sal, un punto histórico del barrio portuario Saúde, donde todos los lunes en la noche músicos de la vieja escuela se reúnen a tocar samba y congregan una multitud.
Llegar era la peor parte, solo se podía ir en carro y a partir de cierta hora el lugar quedaba desolado.
Con el proyecto Porto Maravilha, cuyo objetivo primordial era preparar la región para los Juegos Olímpicos, demolieron la perimetral y construyeron la Vía Binario y los túneles Binario y Via Expresa.
Ya no pasan carros por la superficie del puerto, ahora circula el VLT -Vehículo Leve sobre Trilhos- un moderno tren que conecta el aeropuerto Santos Dumont con la Rodoviaria, la terminal de autobuses. Funciona diariamente de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., entre el aeropuerto y el puerto, pasando por todo el centro de Río.
LEA: Nuevo tranvía eléctrico y ecológico operará durante Olimpiadas de Río de Janeiro
Dos nuevos museos
La primera obra que se hizo dentro de la revitalización del muelle y la plaza Mauá fue el Museo de Arte de Río, con un edificio antiguo y otro moderno, unidos por un techo ondulado como las olas.
El edificio propone un interesante recorrido por la historia carioca a través del arte, tiene una terraza con una vista panorámica increíble y un bistró para almorzar. Abre de martes a domingo de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., la entrada cuesta 10 reales a menores de 5 años de edad, los mayores de 60 no pagan y los martes es gratuita.
Para algunos parece un caimán, para otros un dinosaurio, una nave, un ave. Lo cierto es que cambió radicalmente el paisaje urbano. Las exposiciones usan la tecnología como principal recurso y proponen temas relacionados al cosmos, la humanidad y la ecología.
El lado B de la ciudad
Uno puede pararse en la plaza, sacar fotos de los museos, hacer la fila y entrar, pero no se va a enterar de mucho más. A simple vista eso es todo lo que hay de interesante en la región, pero agencias como Find Your Rio (findyourrio.com), proponen paseos personalizados y se encarga de ampliar el horizonte y recorrerlo.
Los paseos son a pie y profundizan en el lado menos divulgado de la ciudad.
Los guías de la agencia se encargan de contar historias de casas, escaleras, grafitis, plazas y hasta del caldinho de feijão, el plato más carioca que existe, que nació justamente en esta zona y es ofrecido como parte de la experiencia en el hotel Pompeu.
Cerca del hospedaje, unas escaleras pasan por los Jardines Suspendidos de Valongo, un espacio verde con vista al centro, y suben al alto del Morro da Conceição. Un barrio de casas bajas y coloridas, con una fortaleza portuguesa, un boteco cafetín también portugués, una calle llamada Jogo da Bola y algunos talleres de artistas plásticos.