Homestead, Estados Unidos. Cerca de 500 personas protestaron este viernes frente a un refugio en el sur de Florida donde las autoridades de Estados Unidos albergan a más de 1.000 menores indocumentados, una instalación considerada un campo de concentración ‘aberrante’ e ‘inaceptable’ por sus críticos.
Al mismo tiempo, en cientos de localidades del resto del país se convocaron protestas similares contra la política migratoria del presidente Donald Trump, que ha conducido a la retención de los niños indocumentados en instalaciones cuyas condiciones sanitarias son cuestionadas por políticos opositores y activistas de derechos humanos.
“Así no es como se supone que nuestro país debe funcionar", comentó Tina, de 60 años, frente al refugio de Homestead, a 50 km al sur de Miami.
“Tratar a las personas de la manera en que lo estamos haciendo es tan inaceptable que no tengo palabras para expresarlo”, dijo a la AFP la agente inmobiliaria, sin dar su apellido.
“Es aberrante y es una atrocidad”, añadió Wendy, una estadounidense de 56 años que protestaba frente al campamento en terreno federal.
Al anochecer, los manifestantes encendieron velas frente al refugio que, en este momento, aloja unos 1.750 niños, según versiones de la prensa local.
Joinijg together in song at the Homestead, Florida #Lights4Liberty vigil tonight where the children’s detention center is located. #LightsforLiberty pic.twitter.com/8U3MQ17jX1
— OurRev305 (@OurRev305) July 13, 2019
La serie de protestas ocurre en momentos en que la comunidad inmigrante teme las anunciadas detenciones del fin de semana, cuando la agencia de migración estadounidense tiene previsto arrestar a unos 2.000 inmigrantes indocumentados con órdenes de deportación en todo el país.
Este operativo responde a un anuncio de Trump en junio de deportar a “millones de extranjeros ilegales”.
La perspectiva de tales detenciones masivas ha provocado en la comunidad una mezcla de “horror, miedo, rabia”, dijo a la AFP Iván Robles, un estudiante de 21 años.
En junio, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció la situación deplorable de los menores alojados en Clint, cerca de la ciudad fronteriza de El Paso, en Texas.
Las irregularidades en ese refugio supuestamente incluyen desde niños sin atención médica adecuada hasta la falta de camas, que obliga a muchos a dormir sobre el piso de cemento, apenas protegidos por mantas de emergencia.