Oaxaca, México. Miles de personas marcharon este viernes en la ciudad de Juchitán, en el estado mexicano de Oaxaca (sur), en protesta por la lentitud en la reconstrucción de unas 1.200 escuelas dañadas por un terremoto de magnitud 8,2 que sacudió la región hace un año.
Sergio González Matus, un dirigente magisterial en Juchitán, dijo a la AFP que cerca de 3.000 maestros y padres de familia debieron "salir a la calle porque el gobierno (los) sigue engañando con la reconstrucción de las escuelas".
El temblor del 7 de septiembre de 2017, el más poderoso registrado en México en un siglo, arrasó principalmente con la empobrecida Juchitán, donde viven unos 100.000 habitantes, y dejó 99 muertos, la mayoría de ellos en territorio oaxaqueño.
González dijo que a un año del sismo, “la mayoría de los planteles educativos de la zona siguen trabajando en sedes alternas o en improvisados campamentos". “Incluso hay escuelas que trabajan bajo árboles”, denunció.
La marcha recorrió varias calles de la ciudad y terminó con un mitín frente al palacio municipal. El edificio se encuentra sostenido con estructuras de madera pues resultó gravemente dañado, pero por falta de recursos no ha podido ser demolido.
Más temprano, autoridades municipales y militares realizaron una ceremonia para recordar a los 36 fallecidos en Juchitán.
Mientras tanto, en la capital del estado, a unos 270 kilómetros, el gobernador y representantes del gobierno nacional sostuvieron que más de un 80% de las viviendas afectadas en Oaxaca ya están en proceso de reconstrucción.
No obstante, reconocieron que el balance total, que incluye infraestructura pública colapsada en 41 municipios de Oaxaca, el avance de la reconstrucción es solo del 25%.
A unos 50 kilómetros de Juchitán, en Santo Domingo Tehuantepec, unos 300 alumnos, padres de familia y maestros bloquearon una carretera federal para exigir la reconstrucción de una escuela primaria.
María Elena Sandoval, representante de los padres de familia, dijo a la AFP que los trabajos de restauración no avanzan porque “se trata de un edificio histórico que no se puede derruir”. “La restauración es muy costosa y no hay dinero para ello”, agregó.
Mientras tanto más de 400 alumnos "reciben clases en carpas que se instalaron en una cancha de fútbol", agregó Sandoval.
En Matías Romero, integrantes de un colectivo de comunidades de la zona del istmo de Tehuantepec, bloquearon una carretera para exigir a reconstrucción de viviendas en unas 20 localidades.