Miles de venezolanos entran a Perú antes de que rija exigencia de visa

A partir del 15 de junio también deberán contar con pasaporte para poder entrar a ese país

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Aguas Verdes, Perú. Cargando a su bebé de un año y junto a su otro hijo de ocho, Betania Ramírez y otros miles de venezolanos ingresaron el viernes a Perú un día antes de que entre en vigor la exigencia de visa y pasaporte. Cansada y sedienta, formó una fila para presentar su cédula de identidad en la agencia migratoria peruana.

El jueves ingresaron a Perú 5.489 venezolanos, la mayor cantidad de extranjeros de un solo país en un solo día en la historia peruana, según cifras oficiales locales y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Como Betania, miles de venezolanos libran una carrera contra el tiempo para ingresar a Perú poco antes del endurecimiento de las reglas migratorias que exigirán pasaporte y visa humanitaria.

Betania sabía que tenía que enfrentarse a la incertidumbre en un país donde no tiene a nadie. Tuvo que elegir entre quedarse en su natal ciudad de Barinas, acompañando a su anciana madre y pasando hambre, o lanzarse hacia lo desconocido con sus dos hijos: Xiomara y Emmanuel.

“Yo me voy de la mano de Dios”, dijo la madre soltera, de 26 años, que hace una semana inició un enloquecido viaje que implicó cruzar Colombia y Ecuador donde, afirmó, le robaron su equipaje, la maldijeron y escupieron por ser venezolana.

“Estos venezolanos, marranos, malditos, regrésense pa’ su tierra”, aseguró que le dijeron unas mujeres en un terminal de buses en Colombia.

En las calles y carreteras, por las que caminan e incluso duermen, “estás expuesto a que te roben, a que te violen... A mí no me pasó eso porque Dios sabe lo que está pasando en Venezuela”, expresó la exempleada de limpieza en un local gubernamental en Barinas. Sin embargo, no todo fue malo, recordó que otros colombianos le regalaron una manta, jugos y pañales.

Mientras relataba sus desventuras, su bebé lloraba. No le había cambiado de pañal por horas y tenía la piel irritada. Como miles, Betania y sus niños llevaban la misma ropa por días, la cual habían lavado y vuelto a colocarse incluso húmeda durante el viaje.

Apremiados por el tiempo

Casi todas las historias de los migrantes coincidían en que habían partido de Venezuela lo más de prisa posible para ingresar por el puesto fronterizo peruano del distrito de Aguas Verdes, antes de que los nuevos requisitos se convierta en un muro infranqueable.

En junio, Perú anunció que desde la cero hora del sábado exigirá pasaporte y visa humanitaria, documentos que deben tramitarse antes en los consulados peruanos en Venezuela, Colombia y Ecuador.

Jorge Macchia, de 53 años, quien era un comerciante acaudalado en la ciudad venezolana de Valencia y lo perdió todo en medio de la crisis, opinó que la medida era injusta. “Mi mujer y mis dos hijas están en camino, pero no sé si llegarán a cruzar la frontera”, dijo.

La frontera peruana estaba abarrotada el mediodía del viernes. Regina de la Portilla, vocera del Acnur, manifestó que la afluencia de migrantes estaba relacionada con el anuncio de la introducción de la visa humanitaria.

Según autoridades ecuatorianas, unos 7.000 venezolanos se dirigían por tierra el viernes hacia la frontera con Perú. Organizaciones humanitarias han contratado 16 autobuses que en cuanto se llenan salen con destino a la población ecuatoriana de Huaquillas, en la frontera con su par peruana Aguas Verdes.

Más de 820.000 venezolanos han ingresado desde 2016 luego que Perú abriera sus puertas a los migrantes durante la gestión del expresidente Pedro Pablo Kuczynski. La actitud peruana se fue endureciendo conforme los venezolanos llegaron en cantidades cada vez mayores, sumado al cambio de gobierno en 2018 tras la renuncia de Kuczysnki por un escándalo político.

Amnistía Internacional ha calificado de “ineficientes” las nuevas reglas de ingreso porque considera casi imposible conseguir pasaportes en Venezuela, mientras que la iglesia católica peruana pidió a Vizcarra que el país continúe “dando muestras de solidaridad”. En Lima, los venezolanos prefieren guardar silencio.

Perú es el segundo país, después de Colombia que recibe mayor cantidad de migrantes venezolanos. Suman más de 820.000, según datos de la agencia peruana de migraciones.