Tecún Umán, Guatemala. Unos 1.500 migrantes centroamericanos de la llamada caravana 2020, formada principalmente por hondureños y salvadoreños, intentaron entrar de forma ilegal a México este sábado, pero fueron contenidos por militares de la Guardia Nacional que reforzaron la seguridad en la frontera con Guatemala ante la llegada del contingente.
Un grupo de gente forcejeó brevemente con los militares en el paso del puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, mientras un agente del Instituto Nacional de Migración (INM) explicaba que deberán sujetarse a las leyes mexicanas para ingresar.
"Está ingresando de manera irregular a México, debe portar una visa mexicana o documento migratorio; no se exponga a los traficantes de personas, su vida corre peligro", explicó el agente por un altavoz.
"No se deje engañar , no es un hecho que Estados Unidos le otorgará asilo", agregó.
Los migrantes, una mayoría de los cuales partió la noche del martes desde San Pedro Sula, Honduras, arribaron este sábado por la mañana al puente sobre el río Suchiate.
"Queremos pasar, solo queremos seguir para adelante", se escuchaba desde la multitud, que insistió para que dejaran pasar a todo el contingente.
Sin embargo, otros tantos aceptaron las condiciones de las autoridades y comenzaron a ingresar al recinto migratorio del lugar en grupos de 20 personas.
Guatemala-Mexico border: Members of the migrant caravan, the majority of whom are coming on foot from San Pedro Sula, Honduras, struggle with Mexican naval officers trying to make it past the gate at the Rodolfo Robles International Bridge. @GildateleSUR pic.twitter.com/dnEeEbN2X4
— Camila (@PrensaCamila) January 18, 2020
En ese punto de la frontera de México con Guatemala se mantiene el despliegue de la Guardia Nacional y de agentes migratorios, cuyo refuerzo dispuso el viernes el gobierno mexicano ante el avance de la caravana formada por unas 3.000 personas.
El mismo día, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ofreció 4.000 empleos a los integrantes de ese contingente.
La Guardia Nacional detuvo el jueves a unos 38 migrantes haitianos que intentaban entrar a México por el río.
Desde el año pasado, México desplegó a miles de efectivos de la Guardia Nacional para contener la masiva migración hacia Estados Unidos, una decisión para aliviar presiones de ese país que ha sido criticada por organizaciones civiles.
Al otro lado del río Suchiate, que separa Tecún Umán de la localidad fronteriza de Ciudad Hidalgo, soldados de la Guarda Nacional de México con escudos antimotines fueron llegando en camiones durante la tarde del viernes en anticipación del próximo movimiento de los migrantes.
El gobierno de México indicó que quienes entren en su territorio sin registrarse no podrán pasar de la zona fronteriza. Pero los que buscan asilo u otras protecciones podrán solicitarlas y legalizar su estatus.
Funcionarios guatemaltecos contaron más de 3.000 personas registradas en pasos fronterizos de entrada en los últimos días, aunque otros ingresaron sin inscribirse.
Sonia Eloina Hernández, alcaldesa de Ciudad Hidalgo, señaló que las autoridades esperaban la llegada de un gran número de migrantes.
Migrantes podrían salir en caravana desde Tecún Umán al medio día de hoy. Hay cerca de 2 mil personas en la ciudad fronteriza y están a la espera del resto que aún transita Guatemala. El gobierno Guatemalteco señala que al menos 3500 personas pasaron desde Honduras. pic.twitter.com/z6B1SGGKMQ
— Hugo Vera (@HugoTelesur) January 18, 2020
“Nos estamos preparando, no sabemos exactamente cuánta gente venga”, dijo.
Alrededor de 148 migrantes entraron a Ciudad Hidalgo en los últimos días y pidieron asilo, agregó Hernández. Al menos 500 más estaban alrededor de Tecún Umán esperando.
Con la caída de la noche el viernes, los migrantes intentaron dormir en el lado guatemalteco del puente, con sus cabezas apoyadas sobre sus mochilas y los niños tendidos entre sus padres. Prendas húmedas colgaban de las cercas. Otros mataban el tiempo jugando al fútbol en la orilla del río Suchiate.
¿Paso o espero?
“Tenemos que esperar a ver qué pasa”, expresó Tania Mejía, una hondureña de 25 años que, junto a su hijo de seis años y a su hija de tres, ocupaba unos pocos metros cuadrados junto a un árbol en el acceso al puente.
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Mejía quería ser una de las primeras en cruzar, pero consideraba su deseo con la seguridad de sus hijos y la idea de que podría quedarse atrás para ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.
Tenía todavía fresco el recuerdo de las dos primeras caravanas de migrantes en las que viajó sola, una a finales del 2018 y la otra en la primavera del 2019. Sabía que la situación podía agravarse si las fuerzas de seguridad intentaban impedir la entrada a México.
“Dicen que los mexicanos no van a dejar pasar pero, ¿quién sabe?”, manifestó.
Si fuese necesario, agregó, podría tener que vadear el río como hizo una de las veces anteriores. En esta ocasión, su objetivo no era llegar a Estados Unidos, sino al norte de México.
“Tengo una persona en Mexicali que me puede dar trabajo, así que hasta ahí quiero llegar”, indicó.
México no cerró el puente el viernes. Los migrantes que querían cruzarlo y solicitar asilo o tratar de regularizar su estatus para encontrar trabajo, podían hacerlo.
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Pero los migrantes desconfiaban. La oferta mexicana de estatus legal y un posible empleo incluye una cláusula que los confinaría en el sur, donde los salarios son más bajos y hay menos empleo que en otras partes de la nación.
La alcaldesa Hernández señaló que el país es distinto ahora que en el 2018 y a principios del 2019, cuando las multitudinarias caravanas de migrantes cruzaron la frontera. Todo el gobierno, desde las autoridades municipales hasta las federales, está coordinado y preparado, agregó.
La funcionaria esperaba el arribo de más agentes a Ciudad Hidalgo "para que la gente no pase por el río. Que el que quiera pasar a México, como dice nuestro presidente, ‘Bienvenido’, pero por el puente”.
En la capital de Guatemala, Mauro Verzzeletti, director de un albergue para migrantes, dijo que esperaba que entre 1.000 y 1.500 personas durmiesen allí el viernes. Los migrantes tenían previsto retomar su marcha alrededor de las 4 a. m. del sábado.