Honolulú, Estados Unidos. El huracán Lane se debilitó un poco en la madrugada del miércoles pero igual golpeará con fuerza a Hawái, en alerta ante los fuertes vientos, gran oleaje y lluvias torrenciales capaces de causar inundaciones y deslizamientos de tierra.
Lane bajó de categoría 5 –la máxima posible, que mantuvo brevemente– a 4, con vientos máximos sostenidos de 250 km/h, desplazándose desde el sur hacia las principales islas de este estado estadounidense en medio del Pacífico, indicó el Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS).
“El núcleo de Lane se moverá muy cerca o sobre las principales islas hawaianas desde el jueves hasta el sábado", señaló.
El gobernador David Ige firmó por adelantado una declaración de emergencia para encarar los daños del fenómeno y ordenó el cierre de las escuelas públicas.
Y pidió en una carta al presidente Donald Trump que emita igualmente una declaración federal de desastre.
“El estado de Hawái y sus ciudadanos aún se recuperan del impacto del volcán Kilauea", que hizo erupción en mayo. “La posible marejada ciclónica, los fuertes vientos y la lluvia representan amenazas más allá de la capacidad del estado para gestionar” la emergencia, dijo Ige.
“Es necesario que solicite que recursos federales sean puestos a disposición del estado de Hawái para que responda a este evento histórico", instó.
La Casa Blanca espera un “impacto significativo" en la isla, dijo la secretaria de prensa Sarah Sanders, que indicó que el presidente Trump fue informado de la situación por la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen.
“El presidente está preocupado por el bienestar de todos los hawaianos, FEMA (la agencia de gestión de emergencias) trabajará en estrecha coordinación con Hawái y apoyará en lo que sea que necesiten", dijo Sanders a periodistas.
Más temprano, Trump pidió en la red Twitter a los residentes de Hawái "preparase" para la llegada del huracán y que "sigan los consejos de responsables del Estado y locales". "Manténganse a salvo", escribió.
El NWS dijo que se espera que “una tendencia de debilitamiento constante” desde este miércoles, pero que Lane seguirá siendo “un huracán peligroso a medida que se acerca a las islas”.
Lleva vientos de 240 km/h y se esperan acumulaciones de entre 250 y 380 mm de lluvia, con hasta 500 mm en algunas zonas.
Los huracanes rara vez tocan tierra en Hawái. La última vez que ocurrió fue en 1992 cuando Iniki golpeó la isla de Kauai, dejando un saldo de seis fallecidos y 3.000 millones de dólares en daños.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) dijo en una rueda de prensa que 150 efectivos -incluidos equipos de búsqueda y rescate- fueron desplegados para encarar esta tormenta, con raciones de agua y comida para los afectados.
“Vamos a ver impactos de esta tormenta", dijo el jefe del organismo, Brock Long. “La prioridad es la seguridad de la gente. Le pedimos que acaten de forma proactiva las alertas” emitidas por las autoridades.
Vicente Rodríguez cubría este miércoles como muchos las ventanas de su casa en Honolulú con tablones de madera para que su familia “no corra ningún riesgo", según dijo a un fotógrafo de la AFP.
Otros también compraban agua y víveres para los próximos días.
La Marina de Estados Unidos informó por su parte que moverá toda su flota de buques y submarinos del puerto de Pearl Harbor fuera de la trayectoria del huracán para evitar daños y poder usarlos, si fuera necesario, en las labores de emergencia.
El martes, el administrador de la agencia de emergencias de Hawái, Tom Travis, dijo en rueda de prensa que la administración de los albergues era una prioridad, porque su capacidad es inferior a la población.
“La política de refugio debe ser, que si no está en una zona de inundación, debe quedarse en casa”, aseveró.