Gobierno de Panamá se distancia de proyecto para deportar extranjeros

Dipuatada oficialista propone plan para echar a quienes ‘manifiesten públicamente ofensas e insultos hacia la nacionalidad panameña’ o quiten oportunidad laboral a los nacionales

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Ciudad de Panamá. El gobierno de Panamá se desvinculó este martes de un anteproyecto de ley presentado por una diputada oficialista para deportar extranjeros por ofender o desplazar a panameños en el trabajo, aunque va a replantear su política migratoria para “defender los intereses nacionales”.

“En política migratoria, nosotros, como gobierno, vemos el tema como una política de Estado, que unidos como panameños debemos impulsar sin provocaciones de rechazo, de odio y sin discriminar”, dijo este martes en conferencia de prensa el vicepresidente José Gabriel Carrizo.

Sus declaraciones fueron en respuesta a la pregunta de un periodista, que pidió conocer la posición del gobierno en relación con el polémico anteproyecto migratorio presentado en la Asamblea Nacional por la diputada oficialista Zulay Rodríguez.

"Lo que buscamos son buenas inversiones, buenos capitales y que crean en nuestro país, pero nosotros también vamos a defender los intereses nacionales, y los vamos a defender con respeto y sin violentar normas internacionales", indicó Carrizo.

Según Carrizo, el ministro de Seguridad, Rolando Mirones, está "empezando a armar una mesa" para analizar diversas iniciativas sobre migración, aunque no dio más detalles.

La iniciativa de Rodríguez propone la deportación de extranjeros que "manifiesten públicamente ofensas e insultos hacia la nacionalidad panameña" o a los que realicen "directa o indirectamente el ejercicio de una profesión liberal" reservada para "los nacionales panameños".

También pretende derogar las regulaciones masivas de migrantes y crear un departamento para censar extranjeros y darles seguimiento.

Tras la presentación, la diputada Rodríguez, del Partido Revolucionario Democrático (socialdemócrata), y sus seguidores han lanzado discursos y mensajes xenófobos, donde acusan a los migrantes de un supuesto aumento de la delincuencia, de ofender a los panameños y de desplazar laboralmente a la mano de obra local, entre otras cosas.

Panamá tiene profesiones restringidas para sus nacionales y otras con cuotas para extranjeros, pese a ser una economía de servicios basada en el comercio, el sector logístico, el tránsito de buques por el canal y las inversiones extranjeras.

La polémica llega en momentos en que el gobierno busca atraer inversión extranjera para impulsar la economía, con crecimiento anual de 3,1% -la mitad de hace 5 años- y reducir el desempleo.

Durante la primera mitad de año, Panamá otorgó 9.000 permisos de residencia a extranjeros, principalmente venezolanos, colombianos y chinos.

Entre el 2010 y el 2018 las autoridades aprobaron 150.000 solicitudes, además de 125.000 a través de diferentes regularizaciones masivas.