Huntsville. Las emociones se calentaron y estalló el caos justo en el exterior de la cámara de ejecuciones en Texas, cuando el hijo del condenado golpeó las ventanas de la zona cerrada, gritó obscenidades y lanzó puñetazos y puntapiés después de que su padre dijera sus últimas palabras.
Billie Wayne Coble, quien mató a los padres y al hermano de su esposa, de quien estaba separado, y que en 1989 amenazó con matarla también, fue ejecutado la noche del jueves.
El veterano de la guerra de Vietnam, de 70 años, pronunció sus últimas palabras desde el interior de la cámara de ejecuciones. Dijo a cinco testigos en el cuarto contiguo –a los que seleccionó para asistir a su ejecución el jueves por la noche– que las amaba.
Coble asintió entonces mientras lo observaban los testigos, diciendo “cuídense”.
Cuando terminó de hablar, su hijo, su nieto y su nuera se descontrolaron emocionalmente. Los hombres golpearon y patearon a otros en la zona de testigos de la cámara de muerte. Los agentes intervinieron, pero dijeron que los hombres continuaron resistiéndose y finalmente fueron trasladados a un patio, donde ambos fueron esposados y arrestados.
“¿Por qué lo hacen?”, preguntó la mujer. “¡Acaban de matar a su papá!”, agregó.
Los hombres detenidos fueron identificados como el hijo del condenado, Gordon Wayne Coble, de 45 años, y un nieto de 21 años, Dalton Coble. Ambos hombres estaban detenidos el viernes por cargos de resistencia y alteración del orden público.
Mientras ambos hombres eran detenidos, Coble recibía una dosis de pentobarbital. El condenado jadeó y empezó a roncar en la cámara de ejecución de la penitenciaría estatal en Huntsville. Fue declarado muerto 11 minutos después, a las 6:24 p. m.
A sus 70 años, Coble fue el preso de mayor edad ejecutado por Texas desde que se volvió a aplicar la pena capital en 1982. Fue condenado por matar a tiros en agosto de 1989 a Robert y Zelda Vicha y su hijo Bobby Vicha en distintas viviendas en Axtell, al norte de Waco.
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