Escazú, San José
Cuando la arquitecta Luz Letelier y su esposo Pietro Stagno, también arquitecto, decidieron construir su nueva casa en el 2003, quisieron hacerla en conexión con el entorno natural y se dieron "libertades" al esbozarla que no habían podido tomar al diseñar las viviendas para sus clientes.
Su casa no sería como cualquier otra, sino que estaría basada en sus convicciones y hábitos a favor del medio ambiente y, por supuesto, en sus gustos.
Trataron de aplicar en la mayor medida posible todas las investigaciones de diseño y construcción sostenible que había realizado hasta en ese entonces el Instituto de Arquitectura Tropical, liderado por el arquitecto Bruno Stagno, padre de Pietro, y en el que trabaja la pareja.
Desde un inicio, plantearon que sería una casa pequeña en un terreno grande, pues anhelaban convivir con la naturaleza: tener vistas del cielo, de la montaña, muchos árboles, plantas y animales.
Visite la galería de fotos de la vivienda
¿Cómo se diseñó?
La casa, situada en Escazú, tiene un área de 240 metros cuadrados de construcción: 200 metros de interior y 40 metros de terraza. El terreno sobre el que está ubicada es de 2.400 metros cuadrados.
La vivienda tiene amplias ventanas y puertas de vidrio, sin cortinas, lo que la hace muy transparente, quizá en "extremo", reconoce Letelier, lo que facilita la iluminación natural.
La casa se levantó del piso –está situada sobre pilotes- para evitar que el agua de lluvia la afecte y también para hacerla más fresca.
"Eso es para aislar la humedad, o sea, evitas toda la humedad de la casa, que es un gran problema del clima que tenemos en general. Si está muy caliente el suelo, ese calor no se pasa a la casa y el agua de lluvia sigue de largo, no tienes que lidiar con cómo no se mete en tu casa", expresó la arquitecta graduada de la Universidad Católica de Chile, quien labora en la firma Stagno Studio.
📷
La estructura de la casa está hecha de madera de teca laminada, lo que significa que se obtuvo de una plantación, es decir, no hubo necesidad de deforestar.
"Laminada quiere decir que es teca joven. Son pedacitos de madera de árboles pequeños que se ensamblan en la industria para hacer secciones grandes. Entonces, es un bosque que es joven, no es un bosque viejo, lo cual es más sostenible", dijo la también profesora de la Universidad Veritas.
Además, Letelier señaló que incluso la madera aserrada fija carbono, lo que la hace un material ecológico.
Otros elementos presentes en la casa son el concreto, block y acero.
Paneles solares y compost
En el techo, hay instalados dos paneles solares que se utilizan para calentar el agua de la ducha y la que se emplea para lavar los platos.
"Es un sistema de circuito cerrado, que es básicamente que tienes los paneles en el techo y el tanque abajo, que es un tanque grande que tiene una bombita de recirculación que tira el agua y vuelve a calentar".
La iluminación natural y el uso de paneles les ha permitido ahorrar electricidad.
"Esta casa gasta ¢25.000 al mes y tiene 240 metros cuadrados, o sea, es una cuenta muy baja... Subió un poquito cuando comenzaron a aparecer muchos Ipads y muchas cosas. Antes era menos todavía y ya con eso y dos niños adolescentes 100% del tiempo, con eso subió", dijo entre risas la copropietaria de la vivienda.
Tanto el matrimonio, como sus dos hijos, Américo y Dante, reciclan y se hace una separación de aquello que es orgánico para crear compost.
Los residuos orgánicos se colocan debajo del piso de la casa en una bandeja especial y se le añade aserrín.
Una vez que ello se descompone, se utiliza como abono en el jardín.
📷
En la propiedad también se sembraron árboles cítricos: de limón, de naranja y, por otro lado, de aguacates y de cas, que son consumidos por la familia.
"Son complementos de comida. Hemos tratado más de una vez de hacer una huerta, pero es mucho trabajo...", confesó Letelier, de 42 años.
Los animales tampoco pueden faltar en un sitio con amplia vegetación: tienen dos perros (Ágata y Fósil), hay ardillas, zarigüeyas, muchos pájaros e insectos y, hace como cinco meses, en la casa aparecieron conejos, los cuales ahora se pasean por el terreno como si fueran dueños.