Roma. La situación seguía siendo confusa este lunes en el Mediterráneo, donde los guardacostas libios dijeron haber rescatado a unos 1.000 migrantes durante el fin de semana y varios navíos humanitarios o comerciales esperaban una solución para continuar sus operaciones de rescate.
Italia, que rechaza el acceso a sus puertos a las ONG internacionales, les instó el domingo a no seguir interviniendo en el rescate de migrantes y dejar que los guardacostas libios se encarguen de esta labor.
El Lifeline, de la ONG alemana de igual nombre, se encuentra en aguas internacionales a unas 30 millas náuticas de las costas maltesas con 234 personas a bordo, a las que rescató el miércoles, dijo Axel Steier, cofundador de la organización.
Puertos cerrados
Las autoridades italianas negaron al buque, con pabellón holandés, la autorización para atracar en un puerto italiano y pidieron a la ONG que se dirigiera a Libia.
“Reafirmamos que será acogido en un puerto que no será italiano”, declaró este lunes el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, durante una visita relámpago a Libia.
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El Lifeline recibió víveres y medicamentos de Malta y este lunes pidió ser recibido por Francia, según la cadena RTL.
Contactado por la AFP, Axel Steier, quien se encuentra en Holanda, aseguró que el barco no tiene intención de acudir a un puerto francés de momento.
“Ir en dirección a Francia, sí. En un principio queríamos hacer eso, pero debido a las condiciones meteorológicas ahora no es posible. Y no queríamos entrar en un puerto, sino permanecer en aguas internacionales”, declaró, precisando que esta opción aún es “posible”.
“El problema es que tenemos 234 personas sentadas a bordo de un barco de 30 metros de eslora, muy cerca de un país desarrollado y Europa mira como esta gente se va debilitando”, señaló Axel Steier.
El Seefuchs, de la ONG alemana Sea-Eye y con bandera holandesa, está amarrado en el puerto maltés de La Valeta, donde se llevan a cabo verificaciones sobre su matrícula, ya que las autoridades holandesas afirman que no figura en los registros navales del país.
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Según el jefe de misión, Michael Buschheuer, contactado por la AFP, el proceso de verificación “se concluirá para finales de semana”.
El barco Open Arms, de la ONG española Pro Activa, se encuentra en aguas internacionales frente a las costas libias.
Versiones diferentes
La organización afirmó el domingo que Italia había rechazado ayudar a su buque para socorrer a un millar de migrantes a la deriva frente a las costas libias, en tanto que Roma aseguraba que los guardacostas libios se encargarían.
Su portavoz afirmó el domingo que la organización había recibido en las horas anteriores “siete u ocho” llamadas de ayuda procedentes de embarcaciones con migrantes frente a Libia. Según Open Arms, los migrantes serían enviados de vuelta a Libia.
Según los guardacostas italianos, contactados el lunes por la AFP, el portacontenedores danés Alexander Maersk se halla cerca del puerto de Pozzallo, en la costa sur de Sicilia, con 108 migrantes a bordo a los que socorrió el viernes. “Esperamos órdenes” para decidir las próximas operaciones, indicó el lunes un responsable de los guardacostas en Pozzallo.
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El barco cambió de rumbo tras recibir una señal de socorro el viernes en la mañana, precisó a la AFP Mikkel Elbek Linnet, portavoz de Maersk Line. Socorrió a 113 migrantes, pero cinco de ellos, cuatro niños y una mujer embarazada, desembarcaron la noche del sábado.
La ministra danesa de Inmigración e Integración, Inger Stjoberg, “va a enviar” una carta a Matteo Salvini, ministro italiano de Interior, para pedirle que actúe para que estas personas no sigan en el barco.
El Aquarius, barco humanitario fletado por la ONG francesa SOS Méditerranée, se encuentra de nuevo en la zona de rescate frente a las costas libias tras pasar por Valencia, según una portavoz.
El 17 de junio, el buque, que había rescatado a 630 migrantes frente a Libia, atracó en el puerto español tras el rechazo de Italia y Malta de acogerlos una semana antes.