Londres. Durante el confinamiento encontrar un cliente se ha vuelto misión casi imposible para los black cabs, los míticos taxis negros de Londres, a tal punto que muchos han quedado aparcados en grandes extensiones de campo en las afueras de la ciudad.
“He perdido la cuenta de cuántos vehículos tenemos aquí. Probablemente hay entre 150 y 200 coches que hemos tenido que sacar de la carretera”, expresa Tony Georgiou, propietario de GB Taxis Limited, una de las empresas que alquilan los vehículos a los taxistas.
Con su perfil abultado y su espacioso interior son uno de los símbolos de la capital británica, junto a los autobuses rojos de dos plantas, y sus conductores deben pasar un complicado examen antes de recibir la licencia.
Pero con un centro urbano desierto debido al segundo confinamiento, la mayoría de taxistas que alquilaban su coche han decidido devolverlos.
Las compañías de alquiler se han visto abrumadas por estas repentinas devoluciones masivas y obligadas a almacenarlos en campos de la periferia.
Aquí los coches están expuestos a la humedad y a algunos ya les han robado piezas, destacó Steve McNamara, secretario general de la Asociación de Taxistas Londinense (LTDA), quien describió la situación como “total y completamente inaudita”.
Los primeros taxis de Londres, que entonces eran tirados por caballos, aparecieron en el siglo XVII.
Los black cabs que les sucedieron figuraban entre los símbolos británicos reconocibles en todo el mundo, junto con las cabinas telefónicas rojas y los policías con casco.
Pero con los teléfonos móviles las primeras ya no se utilizan y los segundos llevan ahora una pequeña gorra.
Prueba para los taxis
“Los únicos que quedan ahora son los taxis”, dijo McNamara.
¿Pero por cuánto tiempo? Durante este confinamiento solo circula el 20%, afirmó basándose en los vehículos de su asociación -que son 11.000, más de la mitad de los 20.000 de la ciudad- y las cifras oficiales proporcionadas por el aeropuerto de Heathrow de Londres.
“Hemos perdido entre 5.000 y 6.000 vehículos desde junio”, aseveró, y explicó que algunos conductores hacen pequeños trabajos como entregas para supermercados, pero la “gran mayoría” ya no trabaja.
Quienes optaron por seguir recorriendo las calles estarían ganando el 20% de sus ingresos anuales, que normalmente oscila entre 15.000 y 80.000 libras al año ($20.000-$105.800).
La pandemia de coronavirus es “sin duda el principal factor” en la reducción del número de taxis y “absolutamente no” las aplicaciones como Uber, indicó McNamara.
Según datos de Transport for London, organismo que gestiona el transporte público en la capital, el número de licencias se ha reducido de 19.000 en marzo a poco menos de 15.000 el 8 de noviembre.
Menos clientes
En el aeropuerto de Heathrow, hasta hace poco el más concurrido de Europa, el taxista Sam Houston hace cola a la espera de un cliente. En tiempos normales, le cuesta unas tres horas, pero ahora pueden ser 20 o hasta 24, según este hombre de 45 años que lleva 8 como chofer profesional.
Esta pandemia está siendo “el período más difícil que he experimentado”, expresó.”Tenemos la impresión de que va a ser un cambio semipermanente para la economía y mucha gente lo encuentra aterrador”, agregó.
Algunos taxistas se acogieron a las ayudas gubernamentales por desempleo técnico pero muchos, aseguró Houston, no cumplían los requisitos exigidos por el sistema.
“Queremos un apoyo específico para nuestro sector por parte de los gobiernos local y nacional”, señaló.
McNamara coincidió, mientras subrayó que los taxistas están luchando por salir adelante financieramente cuando muchos han invertido recientemente en costosos taxis eléctricos.
Y pidió una ayuda pública específica similar a la que se aplicó al sector de la hostelería, asegurando que ellos “se han visto tan duramente afectados, o más”.