Barco de rescate llega a puerto italiano con 47 migrantes

Italia negoció con seis países europeos para autorizar la llegada de las personas

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Catania. El barco de la organización alemana Sea-Watch llegó este jueves a Catania, en Sicilia, para el desembarco de los 47 migrantes rescatados hace 13 días en las costas libias y donde tienen que ser repartidos entre siete países europeos.

Escoltado por casi media docena de guardacostas el barco, con bandera holandesa, atracó a media mañana en el puerto de Catania.

En el muelle fueron instaladas tiendas de campaña de la Cruz Roja para recibir a los migrantes, que se abrazaban y se tomaban selfies con los voluntarios de la tripulación.

Para cada uno de los 13 menores han sido designados tutores, mientras que los adultos van ser llevados a un centro de identificación y recepción en Mesina, más al norte.

Desde el viernes, el barco estaba anclado en Siracusa, más al sur, para protegerse del mal tiempo.

La organización pedía la autorización de entregar a los inmigrantes en mar abierto, por el temor de las reiteradas amenazas de apertura de un juicio a las organizaciones humanitarias lanzadas por parte del ministro del Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini.

La elección del puerto de Catania "es una decisión política muy premeditada por parte de las autoridades italianas. Estaremos bajo la autoridad del fiscal Carmelo Zuccaro, quien es conocido por su historia poco amistosa con las ONG", reconoció Kim Heaton, responsable de la operaciones a bordo de Sea-Watch.

"Nosotros estamos absolutamente convencidos de que no hemos cometido un crimen y que hemos cumplido la ley a la letra. Esperamos lo mejor y nos preparamos para lo peor", agregó.

La ONG lanzó un pedido por Internet para recaudar 10.000 euros para los gastos legales.

“¡Ayúdenos a pagar nuestros honorarios legales!”, pidieron.

El miércoles, el jefe del gobierno italiano, Giuseppe Conte, anunció un acuerdo con otros seis países europeos (Francia, Portugal, Alemania, Malta, Luxemburgo y Rumania) para distribuir a los 47 migrantes bloqueados desde 19 enero en el barco.

No estaba claro si Italia recibiría a algunos de los migrantes: mientras Conte lo dejaba entender, Salvini no lo confirmaba.

Desde hace meses, tanto diplomáticos como organizaciones humanitarias europeas, piden que se establezca un mecanismo permanente para la distribución de los migrantes rescatados en el mar de manera de evitar discusiones interminables por cada caso.

Pero es posible que eso no se repita debido al bloqueo de las embarcaciones humanitarias, como ocurrió con Aquarius de SOS Mediterráneo y Médicos Sin Fronteras (MSF) o con Open Arms de la española Proactiva Open Arms.

Salvini no esconde su deseo de que la justicia investigue las actividades de la tripulación de Sea-Watch.

El gobierno italiano la acusa de haber impedido que la guardia costera libia se haga cargo de los migrantes y de intentar llegar a Italia en vez de buscar refugio en las costas tunecinas, más cercanas.

La organización sostiene que ni Libia ni Túnez se pronunciaron sobre sus pedidos.

El lunes el fiscal de Siracusa, Fabio Scavone, reconoció que el comandante de Sea-Watch “no había cometido ningún delito” y que se había limitado a “salvar a los migrantes y eligir el camino que le parecía más seguro en ese momento”.

Una posición muy diferente a la del fiscal de Catania, quien hace dos años acusó a la organización de ser cómplice de los traficantes de personas y ordenó el secuestro de la nave Open Arms.

La justicia anuló luego el secuestro basada en el principio de que Libia suele violar los derechos de los migrantes, pero la investigación aún está en curso.

"Sólo tenemos palabras de agradecimiento por lo que han hecho", comentó por su parte un joven senegalés, entre los migrantes a bordo.

“Las personas que vienen aquí son personas pobres, son personas que arriesgaron sus vidas para venir, que estuvieron en la cárcel, que fueron sometidas a todo tipo de torturas antes de llegar”, contó.