Santiago. Una iglesia, un centro vacacional y una casa fueron incendiadas durante la madrugada de este jueves en la región de La Araucanía, en el sur de Chile, un día después de la muerte de un joven mapuche tras un operativo policial.
En Santiago, un centenar de personas se manifestó frente a La Moneda, sede del gobierno chileno, en la mañana y fueron dispersados por la Policía.
A última hora de la tarde, unas 2.500 personas se concentraron en una plaza céntrica en una nueva manifestación que también terminó con incidentes, la intervención de carros lanza agua, gases lacrimógenos y la detención de varios manifestantes, constató la AFP.
En el sur del país, los ataques afectaron a la iglesia Santa Ana, en el interior de la comuna de Ercilla; al centro turístico Quelén, emplazado en la ribera del Lago Lanalhue, y una casa en la localidad de Quidico, de acuerdo a reportes policiales.
Ningún grupo, de momento, se había adjudicado los ataques, que tampoco habían dejado víctimas.
Los hechos se registraron tras la muerte la tarde del miércoles de un joven mapuche (Camilo Catrillanca, de 24 años) después de recibir un disparo en la cabeza en medio de un operativo policial desplegado en una comunidad indígena en la región de la Araucanía (sur), epicentro del conflicto mapuche.
El presidente Sebastián Piñera calificó de “lamentable” la muerte de Catrillanca, pero dio su apoyo al accionar de Carabineros (Policía).
Piñera dijo que el gobierno “agotará medios para investigar la verdad de lo ocurrido, solicitando Fiscal de dedicación exclusiva. Al mismo tiempo, ratificamos deber de Carabineros de perseguir delitos y su derecho a defenderse cuando son atacados”, señaló el mandatario en su cuenta de Twitter.
Catrillanca conducía un tractor junto a un menor cuando recibió el disparo que le provocó la muerte. La policía afirma que el tiroteo se produjo como resultado de un operativo para detener a un grupo de encapuchados que tras intentar asaltar con violencia a profesores y alumnos a la salida de un colegio de la zona se refugió en la comunidad indígena.
“Es un delito común cometido por personas que tienen antecedentes delictuales, no hay ninguna situación de tipo étnico”, dijo el director de Carabineros, Hermes Soto, el miércoles a periodistas.
El operativo policial en el que resultó muerto el joven mapuche fue liderado por el llamado “Comando jungla”, un grupo especial de la policía chilena -una parte de él formado en Colombia- para contener acciones de resistencia de grupos mapuches.
AHORA | Protestas por muerte de Camilo Catrillanca: Revisa más detalles en Marca Registrada, que ya comenzó junto a @tv_monica | Comenta con #MRCNN y lee más noticias en https://t.co/E6QIJgKdbt pic.twitter.com/UBdpNdZvSk
— CNN Chile (@CNNChile) November 15, 2018
Catrillanca "no estaba en el enfrentamiento, venía de su trabajo en un tractor cuando se encontró con el ‘Comando Jungla’ quienes le dispararon sin mediar provocación alguna”, afirmó la abogada de comuneros mapuche Karina Riquelme.
La muerte de Catrillanca llevó a la comunidad mapuche Antonio Peñeipil, otras de las poblaciones indígenas concentradas en la región de La Araucanía, a pedir un "gran levantamiento mapuche”.
“Esta muerte solo reafirma nuestra justa lucha como pueblo por las tierras usurpadas y que hoy se encuentran en poder de empresas”, en su mayoría forestales, señaló la comunidad a través de una declaración pública.
En la capital chilena, algunos de los miles de manifestantes que se congregaron en la tarde en Plaza Italia -ubicada a unos tres kilómetros de la sede del gobierno- increparon a los policías al grito de “asesinos”,
Asimismo, barricadas incendiarias cortaron varios puntos de la principal avenida de la ciudad generando caos en el tránsito y unas decenas de manifestantes llegaron hasta La Moneda, provocando nuevamente la intervención policial.
La zona donde se produjo la muerte de Catrillanca -que recibió un tiro en la cabeza- forma parte del epicentro del conflicto mapuche, pueblo originario que habita el sur de Argentina y Chile, y que reivindica el derecho ancestral sobre tierras que pasaron a manos de empresas, en su mayoría forestales.