Al menos 272 personas murieron y 412 están desaparecidas después del potente sismo de 7,7 grados que desencadenó un
“Hemos descubierto 272 cuerpos. Al menos 412 personas siguen desaparecidas”, indicó un responsable de los servicios de socorro de la provincia de Sumatra Oeste, Ade Edwards.
Sin relación con ese terremoto que se produjo a aproximadamente 2.000 km de distancia, el volcán Merapi, el más activo del país, mató a 29 personas al entrar en erupción el martes por la noche y expulsar nubes de humo tóxico y cenizas.
Las operaciones de socorro en las islas del océano Índico son difíciles en razón de su aislamiento, difíciles de acceso y privadas de comunicaciones.
Varios poblados, en particular en la isla de Pagai del Sur, fueron arrasados por olas de tres metros de alto que penetraron hasta 600 metros al interior de las tierras.
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, viajó a Padang, el puerto más cercano a Sumatra, para supervisar las operaciones de socorro.
Olas de tres metros que, según un testigo, formaron “un muro de agua con espuma blanquecina”, devastaron completamente varias aldeas costeras del archipiélago de las Mentawai, frente a las costas occidentales de la isla de Sumatra.
A unos 2.000 kilómetros al este, en el centro de la isla de Java, la alerta se mantenía elevada en las inmediaciones del volcán Merapi, “la montaña de fuego” que hizo erupción diez veces el martes.
Las nubes de ceniza y los nubarrones de gases, que se elevan a 1,5 km de alto, mataron “a por lo menos 29 personas”, según Banu Hermawan, vocero del hospital Sardjito de Yogyakarta, ciudad situada a 25 km del cráter.