México. EFE. Unas cien cárceles de las 429 que hay en México son controladas por internos debido a la corrupción y el relajamiento de las autoridades penales, reveló ayer la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) .
Daniel Romero, tercer visitador de la CNDH encargado del seguimiento de los penales en México, dijo que los sistemas de autogobierno que imponen los reos es uno de los factores de la violencia que en las cárceles, con sangrientos motines como la del lunes en Mazatlán, que dejó 29 muertos.
En 2009 hubo cinco motines, el más violento en Tijuana, con 19 muertos, y varios enfrentamientos entre internos, de los que destacó uno en un penal de Ciudad Juárez, donde hubo 20 fallecidos.
En algunas de estas reyertas los involucrados han usado armas de fuego que, según Romero, se deben a la corrupción que hay en algunos centros penitenciarios.
Los presos “ponen sus condiciones y no la autoridad” , agregó Romero al explicar que esto sucede por la corrupción o escaso ejercicio de la autoridad en esos centros.
Significa que los internos determinan quien maneja el penal y controlan, mediante el cobro a otros internos, las visitas conyugales, la operación de tiendas, los servicios de limpieza y el pase de lista.
“El fenómeno ocurre en particular en penales estatales y municipales o centros de detención, afortunadamente en sistemas federales han sido menos” , afirmó al agregar que estudios de la Comisión señalan que del 20% a 25% de los penales del país (unos 100) los controlan los internos.
Una de las hipótesis sobre los “autogobiernos” señala como factores, además, la falta de personal y una insuficiencia grave en las instalaciones, dijo Romero.
En México hay, entre federales, estatales y municipales, 429 centros de reclusión, con un total de 227.000 internos.