La Paz. El gobierno interino de Bolivia anunció este jueves que instaló una “mesa de negociación” con dirigentes del partido del expresidente Evo Morales con el fin de reducir las tensiones, en medio de protestas que se han extendido durante cuatro semanas, informó un ministro.
“Estamos en una mesa de diálogo, creemos que es posible pacificar el país”, expresó el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.
En el diálogo participan, de acuerdo con el funcionario, delegados de la presidenta interina, Jeanine Áñez, y congresistas del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales, en particular la senadora Adriana Salvatierra, exitular de la cámara alta, y la diputada Betty Yañíquez.
Justiniano dijo que las negociaciones están en un receso para estudiar las "condiciones" puestas por el MAS para establecer un acuerdo.
"Si quieren una ley que les garantice que no habrá persecución política, perfecto", sostuvo. Además, "nos han pedido: queremos salvoconducto para todos nuestros dirigentes".
Ambas condiciones, manifestó, les serían concedidas. “Si llegamos a un ámbito de pacificación, tienen todas las condiciones para quedarse en el territorio nacional”.
"Han pedido inclusive la posibilidad de que Evo Morales pueda venir libremente. No tiene problema. Es un ciudadano más, él es el expresidente", señaló Justiniano.
El pueblo continúa movilizado en #Bolivia exigiendo el retorno de la democracia que les ha dado la Revolución Indígena y Cultural liderada por @evoespueblo y en contra del Golpe de estado fascista auspiciado por la OEA y EEUU #EvoMorales pic.twitter.com/TL2KefYLvP
— Larissa Costas (@Larissacostas) November 14, 2019
No obstante, "lamentamos mucho las declaraciones incendiarias del presidente que no están buscando paz".
Morales planteó en una rueda de prensa el miércoles en México, donde se encuentra en calidad de asilado, que está dispuesto a retornar a su país para pacificarlo si el pueblo se lo pide.
“Él mismo se hace ver como el salvador de la patria (...) Yo creo que declaraciones como estas son las que solamente incendian”, estimó el ministro, quien recalcó que el objetivo del diálogo es que “La Paz vuelva a la normalidad”.
Revuelta en La Paz
Las calles de La Paz son escenario de manifestaciones de partidarios de Morales, que desconocen al gobierno provisional y exigen la restitución del mandatario indígena, quien renunció bajo presión de protestas opositoras y a pedido de las Fuerzas Armadas tras acusaciones de irregularidades en las elecciones que le otorgaron una cuestionada victoria para su tercera reelección consecutiva.
Desafiando la llovizna y a la Policía, miles de partidarios de Evo Morales marcharon este jueves en La Paz para exigir la renuncia de la presidenta interina y el regreso de su líder.
“Estamos bien enfurecidos con esta señora que se ha nombrado solita” presidenta, “queremos que Evo retorne”, expresó Nery, de 28 años, vestida con pollera (falda ancha) tradicional aymara, mientras mascaba hojas de coca, una costumbre ancestral andina que sirve para evitar el cansancio y calmar el hambre.
Madre de una niña de seis años, vino a La Paz desde la vecina ciudad de El Alto, un bastión de Morales, junto a miles de trabajadores y campesinos, buena parte de ellos indígenas, que alzaban la bandera wiphala de los pueblos aborígenes bolivianos, convertida en un símbolo del Estado por Morales enel 2010.
La columna ingresó pacíficamente a la ciudad al mediodía mientras lloviznaba y trató
de aproximarse lo más posible al palacio Quemado, la casa de gobierno, cuyos alrededores estaban bloqueados por barricadas custodiadas por la Policía.
De inmediato, casi todas las tiendas del centro bajaron sus cortinas y el tránsito vehicular quedó suspendido por el paso de los coloridos y enardecidos manifestantes, muchos vestidos con “ponchos rojos” de una organización campesina andina pro-Morales, quienes coreaban: “¡Áñez, golpista, fuera del palacio!”, “¡Ahora sí, guerra civil!” y “¡Que vuelva Evo!”.
“Estamos pidiendo la renuncia de la presidenta, esa presidenta racista, que se vaya esa golpista”, dijo a la AFP Juan Gutiérrez, un poncho rojo.