París. EFE. La Fiscalía de París archivó ayer la denuncia contra Dominique Strauss-Kahn que persentó la periodista Tristane Banon, a falta de elementos de prueba suficientes, pero sí reconoció la existencia de un delito de agresión sexual, el que está ahora legalmente prescrito.
Dos meses y medio después de librarse de la persecución penal en EE. UU., donde fue acusado de intento de violación por una empleada del hotel Sofitel de Nueva York, el exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) se aleja también de la prisión en Francia.
El peligro se cernía sobre Strauss-Kahn desde que en julio la escritora y periodista de 32 años, lo denunciara por un presunto intento de violación ocurrido en el 2003.
El Ministerio Público, que interrogó a Strauss-Kahn el 12 de setiembre y le sometió a un careo con Banon 17 días después, considera que no hay “elementos de prueba suficientes” para admitir el cargo de intento de violación.
Sin embargo, estima que en sus investigaciones halló “hechos que pueden ser calificados de agresión sexual” y que estos han sido “reconocidos”, sin dar más precisiones.
Aun así, archiva la denuncia pues el delito de agresión sexual prescribe a los tres años.
La única posibilidad que Banon tenía de ver admitida su denuncia es que la Fiscalía hubiera aceptado el cargo de intento de violación, cuya prescripción es de diez años.
La noticia fue acogida de forma desigual por los abogados de Strauss-Kahn y los de Banon.
El letrado de la denunciante, David Koubbi, reconoció que su clienta se debate entre “la decepción y la alegría”, porque, aunque la Fiscalía reconoce que hay delito, no podrá ver a su agresor entre rejas.
El abogado indicó que en los próximos días estudiará con Banon si prosigue la persecución contra Strauss-Kahn por la vía civil, lo que le daría acceso a todos los elementos de la denuncia.
Koubbi señaló que la decisión es “una victoria moral ” para su clienta y demuestra que “algo pasó” en aquella tarde del 2003 en la que acudió a un apartamento donde se citó con Strauss-Kahn para entrevistarlo con vistas a un libro que iba a publicar.
Strauss-Kahn queda pendiente ahora de que Banon acuda a la vía civil, como hizo en EE. UU. la empleada del Sofitel que lo acusó de intento de violación.