“No a la impunidad, por la verdad, la justicia y la reparación”, decía la manta que unos cien manifestantes colocaron en un portón de acceso a la Casa Presidencial.
El fiscal del Comité de Familiares de Víctimas del Penal de Comayagua, Luis Euceda, dijo a la AFP que se debe castigar a los culpables, porque ya pasó un año desde la tragedia.
A la medianoche del 14 de febrero de 2012, un incendio en la prisión de Comayagua se convirtió en un infierno para los 852 internos.
Las llaves de las celdas se confundieron y la demora en abrirlas generó la muerte de la mayoría de recluidos en cinco de diez de ellas, diseñadas originalmente para albergar a 45 personas cada una, pero en las que se hallaban hasta 100 reos.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos estableció que el fuego fue causado por un cigarro, un encendedor o un fósforo.
Según organismos de derechos humanos y entidades estatales de Honduras , las 24 cárceles del país enfrentan severos problemas de hacinamiento, porque fueron construidas para albergar a unos 8.000 presos, pero mantienen a unos 13.000, el 60% de ellos sin condena.