En Palermo, Sicilia, un grupo de jóvenes atacaron a pedradas la sede de la prefectura y protagonizaron escaramuzas con la policía.
En Cagliari, Cerdeña, los jóvenes ocuparon las vías del ferrocarril en la estación central, mientras en Milán y Nápoles, perturbaron la circulación con manifestaciones.
En Roma, los grupos de estudiantes optaron por realizar marchas pacíficas hacia los barrios periféricos. Una de ellas se dirigía a la sede del ministerio de Educación, mientras otros solicitaron un encuentro con Berlusconi para pedirle que no ratifique la reforma.
La medida que busca implementar el Gobierno, preve la fusión de entidades pequeñas, la entrada en el consejo de administración de privados que no vienen del mundo académico y la reducción del poder de los rectores. El gobierno sostiene que la educación universitaria necesita depurarse.