Boston. Más de 2.300 años después que Hipócrates notara que el consumo de hojas de sauce aliviaba varios tipos de dolor, los científicos han logrado determinar precisamente cómo funciona la aspirina.
Descubrieron que el fármaco más utilizado en el mundo bloquea ciertos mecanismos del organismo que producen prostaglandinas, el componente natural que contribuye frecuentemente a la fiebre, dolores de cabeza e inflamación.
La investigación quizá tenga aplicaciones prácticas en el diseño de una aspirina mejorada y fármacos antiinflamatorios de más fácil digestión. La aspirina es uno de los analgésicos más antiguos del mundo. Las hojas de sauce contienen un tipo de aspirina, droga vendida en tabletas desde 1899. El doctor Michael Garavito y sus colegas de la Universidad de Chicago describieron sus conclusiones en el número de agosto de la revista científica Nature Structural Biology.
Una de las razones por las que la gente se siente tan mal cuando contrae la gripe o sufre una lesión muscular en la espalda es porque el organismo responde generando grandes cantidades de ácidos llamados prostaglandinas. Según el nuevo hallazgo, la aspirina bloquea el mecanismo que el organismo utiliza para transformar enzimas en prostaglandinas.