Adís Abeba. La tripulación del avión de Ethiopian Airlines que se estrelló poco después de despegar de Adís Abeba el mes pasado llevó a cabo todos los procedimientos recomendados por Boeing cuando el aparato comenzó a caer aunque no lograron controlarlo, según un reporte preliminar publicado el jueves por el Gobierno etíope.
El informe se basó en los datos registrados por las cajas negras –como se conoce a los dos dispositivos que graban los datos del vuelo y las voces de cabina– del Boeing 737 Max 8. Boeing declinó realizar comentarios antes de revisar el documento.
El reporte preliminar, presentado por la ministra de Transportes de Etiopía, Dagmawit Moges, arrojó más dudas sobre el sistema que controla el modelo Boeing 737 MAX 8, que lleva casi un mes sin volar en el mundo entero.
“Los pilotos realizaron varias veces todos los procedimientos indicados por el fabricante, pero no fueron capaces de controlar el avión”, dijo Dagmawit Moges, al presentar a la prensa los resultados de la investigación preliminar sobre el accidente.
El informe recomienda que “el sistema de control de vuelo de la aeronave sea revisado por el fabricante” estadounidense, agregó."Las autoridades de aviación tienen que verificar que la revisión del sistema de control de vuelo del avión fue efectuado correctamente por el fabricante", antes de que la flota de Boeing 737 MAX, paralizada en el mundo entero desde el accidente, sea autorizada a volar nuevamente, recalcó la ministra.
Dagmawit no se refirió al Sistema de Estabilización de Aeronaves, llamado Sistema de Aumento de Características de Maniobras (MCAS), sospechoso de desempeñar un papel clave en el accidente, pero recalcó que el avión inclinó el morro hacia abajo varias veces. Un movimiento “repetitivo de la nariz hacia abajo” insistió.
El Max 8 estaba bajo escrutinio desde octubre, cuando un vuelo de Lion Air cayó ante la costa de Indonesia en circunstancias similares.
Este modelo de Boeing está parado en todo el mundo a la espera de una corrección de software por parte del fabricante, que aún tiene que ser aprobada por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) y por otros reguladores.
El avión de Ethiopian Airlines se estrelló el 10 de marzo poco después de despegar de la capital etíope con 157 personas a bordo. No hubo sobrevivientes.
Boeing está siendo investigada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el inspector general del Departamento de Transporte y comités del Congreso. Las pesquisas revisan también el papel de la FAA, que certificó el Max en el 2017 y se negó a prohibir que volase tras el primer siniestro letal de octubre.
En un comunicado, la FAA expresó que sigue trabajando para la plena comprensión de lo sucedido y que tomará acciones una vez se conozcan las conclusiones.
David Hasse, analista de aviación y editor de la publicación especializada airliners.de en Berlín, señaló que es significativo que el reporte determine que los pilotos siguieron el protocolo porque vincula más directamente este accidente con el del aparato de Lion Air.
“Lo que es especial en este caso es que los dos siniestros parecen tener un motivo muy, muy similar. Esto es algo muy extraño en la aviación. La pregunta es si el Boeing 737 Max debería haber estado parado tras el accidente de Lion Air y antes del de Ethiopian Airlines", apuntó Hasse.
Los informes sobre los siniestros no buscan determinar la responsabilidad legal, dijo añadiendo que es demasiado pronto para saber qué implicaciones legales podría tener Boeing, aunque claramente aumenta la presión sobre la empresa.
"Si los pilotos se sientan ahí y siguen las reglas que les dio el fabricante, entonces deberían poder confiar en el hecho de que están en lo correcto”, agregó Hasse.