Mae Sai, Tailandia. Un buzo exmiembro de la Marina tailandesa murió, por culpa de no tener suficiente oxígeno, tras haber suministrado provisiones a los niños atrapados en una cueva inundada del norte de Tailandia.
"Tras haber entregado una reserva de oxígeno, a su vuelta, no tuvo suficiente oxígeno", anunció el vicepresdiente de la provincia de Chiang Rai, Passakorn Boonyaluck.
"Perdió el conocimiento en el camino de vuelta, su compañero de buceo intentó ayudarle y llevarlo", precisó el jefe de los comandos de la Marina, Apakorn Yookongkaew.
Entretanto, los socorristas que intentan rescatar a los doce niños y a su entrenador de fútbol, atrapados en una cueva inundada desde hace 13 días, trataban de avanzar en los preparativos para la evacuación antes de que regresaran las lluvias.
Los socorristas están bombeando agua de la cueva para que baje su nivel y que los niños puedan salir de allí sin tener que bucear o haciéndolo en momentos contados.
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De momento, un buzo experimentado necesita 11 horas para hacer un viaje de ida y vuelta hasta donde están los niños: seis de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente.
Mae Sai: Missing Thai boys ‘found alive’ in caves.https://t.co/HHCguX2Kmk pic.twitter.com/y5TICJJhd2
— TOI Plus (@TOIPlus) July 4, 2018
El recorrido es de varios kilómetros e incluye pasos angostos y tramos bajo el agua.
Pero los socorristas evitan pronunciarse a favor de una evacuación de los niños buceando.
“Seguimos considerando varias opciones”, declaró el general Chalongchai Caiyakam.
Por ahora, los socorristas dicen que prefieren esperar a que baje el agua, excepto para suministrarles víveres durante semanas: esto permitiría a los niños salir a pie por la galería, con una parte mínima de tramos submarinos que se tengan que recorrer con máscaras.
Es la opción privilegiada por los socorristas, que pusieron en marcha un sistema de bombeo, asistidos por ingenieros japoneses, que ya ha sacado de la cueva de 10 km de largo el equivalente de más de 50 piscinas olímpicas.
Las autoridades pretenden evitar un plan de emergencia que incluya una salida precipitada. La muerte de este buzo ha supuesto un golpe duro para la moral de los cientos de socorristas movilizados, muchos de ellos extranjeros, australianos o británicos.
Pero si con las lluvias anunciadas para el viernes el nivel de agua vuelve a subir, quizá no tengan elección.
Fue a causa del monzón que los niños se quedaron bloqueados en la cueva el 23 de junio, tras haber decidido, por una razón que todavía no está clara, visitarla después de su entrenamiento de fútbol, con el entrenador, de 25 años.
Mientras, los rescatistas siguen buscando una vía de entrada desde la cumbre de la montaña que esté conectada o sea fácil conectarla con una perforadora, con la parte de la cueva donde están los niños.
El viernes, debían pasar por allí con un detector de movimiento para intentar determinar la localización exacta de los niños desde el exterior.