Greenglass –quien admitió decenios después que mintió bajo juramento sobre su propia hermana–, murió en Nueva York el 1.° de julio, según Michael y Robert Meeropol, hijos de los Rosenberg.
Amber Black, portavoz de los Meeropol, dijo que los hermanos estaban al tanto de la muerte de su tío el verano de este año, pero no buscaron la atención de los medios y estos no se les acercaron.
Tras salir libre en 1960, Greenglass vivió bajo otro nombre en Queens, con la esperanza de que olvidaran su papel en el juicio de la era McCarthy.
Los Rosenberg fueron declarados culpables en 1951 de confabularse para robar los secretos de la bomba atómica y pasarlos a la Unión Soviética y fueron ejecutados en la prisión de Sing Sing en Nueva York, pese a que insistieron hasta el final en su inocencia.
Greenglass, encausado como coacusado, declaró a favor del Gobierno que había entregado a los Rosenberg información de investigaciones obtenida durante su empleo en tiempos de guerra como operador de máquinas herramientas en Los Álamos, Nuevo México, sede del plan ultrasecreto Proyecto Manhattan, encargado de fabricar la bomba atómica.
Greenglass desestimó cualquier noción de traición. Dijo que mintió para asegurar que su esposa se mantuviera fuera de prisión y cuidara a sus dos hijos.