Budapest (AFP). Los países ribereños del Danubio reforzaron el miércoles los controles de las aguas para hacer frente a una eventual contaminación tras el accidente industrial que generó una marea de lodo tóxico en Hungría.
En Serbia, uno de los primeros países recorridos por el Danubio después de Hungría, las autoridades examinan regularmente la calidad de las aguas, aunque la contaminación "no amenaza de momento" a este país, declaró a la televisión B92 Predrag Maric, encargado de situaciones de emergencia en el ministerio serbio del Interior.
Croacia también está en estado de vigilancia y se mantiene en contacto permanente con los servicios húngaros, según un comunicado del Servicio de protección y socorro.
En Rumania, se efectúan análisis cada tres horas en el Danubio por parte de la Administración nacional de aguas, indicó a la AFP una portavoz, Ana-Maria Agiu.
"Analizamos enseguida la concentración en metales pesados", añadió. Una eventual llegada de sustancias contaminantes en el Danubio en Rumania no se produciría antes de cuatro o cinco días, y estarían "ciertamente diluídas", añadió Agiu.
El río desemboca en el Mar Negro en un delta a caballo entre Rumania y Ucrania, en una zona natural considerada patrimonio mundial por la UNESCO.
En Kiev, un grupo de trabajo sigue de cerca la situación pese a que "no existe ninguna amenaza para Ucrania", dada la gran distancia entre la zona afectada y el territorio ucraniano, aseguró un responsable del ministerio de Situaciones de emergencia, Grigori Marchenko.
"Es muy difícil evaluar por el momento el impacto de esta catástrofe en el Danubio, ya que no conocemos las cifras de la concentración de las sustancias contaminantes de las aguas en Hungría, ni siquiera exactamente su naturaleza", declaró a la AFP Orieta Hulea, directora del programa del WWF (Fondo mundial para la naturaleza) sobre el agua en la región del Danubio.
"Este accidente debe sin embargo servir de advertencia, ya que otras fábricas de aluminio se hallan cerca del Danubio, especialmente en Tulcea, en Rumania, en el inicio del delta", añadió.
En 2000, Rumania sufrió una catástrofe ecológica --entonces calificada de "segundo Chernobil" por Hungría-- cuando cerca de 100.000 metros cúbicos de agua mezclada con cianuro se vertieron en un lago de decantación de una mina de oro en Baia-Mare (norte). El Danubio quedó gravemente contaminado.