‘Ya es demasiada la sangre derramada’ en Nicaragua, dice secretario general de la OEA

Advirtió de que podría recurrir al artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana, la cual convoca a la organización para tomar decisiones que promuevan "la normalización de la institucionalidad democrática”

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Washington. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió este viernes el cese de la violencia en Nicaragua, durante una sesión en la que denunció que ya es “demasiada la sangre derramada”.

Almagro dijo que “la continuidad de las políticas represivas obligará a recurrir al procedimiento del artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana”, en referencia a una disposición para convocar una sesión del Consejo Permanente para evaluar la situación y “promover la normalización de la institucionalidad democrática”.

La audiencia del Consejo Permanente de la OEA sobre Nicaragua se produce en momento que se cumplen seis meses desde el inicio de las protestas, que comenzaron con marchas contra un proyecto de reforma de la seguridad social, luego abandonado, y que evolucionó hacia manifestaciones que piden la salida del presidente Daniel Ortega.

Más de 300 personas han muerto por la violencia y la represión estatal en Nicaragua.

“Hoy sucede exactamente algo terrible en Nicaragua. Llegó la hora de exigir, de reclamar, inquirir, solicitar y demandar que se detenga el actual momento de violencia”, dijo Almagro.

“Las denuncias de las víctimas tienen que ser repetidas y sus testimonios deben ser conocidos”, agregó el secretario general de la OEA.

Durante la sesión del Consejo Permanente de la OEA compareció también el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, quien urgió al gobierno de Managua a “reanudar el diálogo para buscar una salida pacífica a la grave situación”.

La CIDH, un órgano autónomo de la OEA, denunció el jueves que en las últimas semanas ha habido un “incremento de actos de violencia y represión para disuadir las manifestaciones públicas en Nicaragua” y cifró en 325 los muertos en las protestas desde el 18 de abril.

“Nicaragua vive una tragedia, ayer se cumplieron seis meses desde el inicio de las protestas contra el régimen de Nicaragua y su brutal represión sobre cualquier sospecha de disidencia. Prevalece un clima de miedo”, dijo el representante permanente de Chile ante la OEA, Hernán Salinas.

El representante alterno de Nicaragua, Luis Ezequiel Alvarado, denunció que la CIDH "se ha prestado a ser instrumentada como un arma del golpismo".

“Queremos denunciar alto y claro que un sector minoritario de la derecha de los Estados Unidos ha sido la promotora y financiadora de la desestabilización y el intento de golpe de Estado en Nicaragua”, dijo durante la sesión Alvarado.

El secretario ejecutivo de la CIDH expresó especial preocupación por la situación de los menores. Calificó la cifra de 24 niños y niñas fallecidas en el contexto de los hechos como “gravísima".

Abrao denunció que el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) de la CIDH registró detenciones de adolescentes en centros de reclusión para personas adultas, en algunos casos, por largos períodos, sin formulación de cargos.

El jueves, la CIDH denunció que "las niñas, niños y adolescentes representan un grupo afectado de forma particular por las diversas formas de represión y criminalización en Nicaragua".

La representante de Argentina, Paula María Bertol, afirmó o que la situación en Nicaragua “empeora día a día”.

“Muchos hablamos de los muertos, de los heridos, de los desaparecidos, de la represión y parece que todas estas personas no tienen nombre y apellido”, indicó Bertol quien quiso recordar al adolescente Álvaro Conrado, de 15 años, fallecido en las protestas.

La representante argentina contó que el joven murió por un tiro en la garganta efectuado por un francotirador y que sus últimas palabras fueron "me duele respirar".

“Hoy a muchos nicaragüenses les duele respirar”, concluyó.