Turquía pone en marcha operación militar contra los kurdos de Siria

El objetivo es barrer las milicias ‘terroristas’ de las YPG y al Estado Islámico, afirma el presidente Recep Tayyip Erdogan

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ankara y Washington. Turquía inició este miércoles su operación militar en el norte de Siria, una ofensiva que despierta el recelo de la comunidad internacional y que tiene por blanco a una milicia kurda considerada por Ankara un grupo terrorista.

El miércoles, las regiones cercanas a Turquía, especialmente los sectores de Tal Abyad y de Ras al Aín, fueron bombardeadas por la aviación y la artillería turcas.

El Ministerio de Defensa turco anunció por la noche que militares turcos y sus refuerzos sirios penetraron en el país vecino, marcando el inicio de la fase terrestre de la operación, pero las fuerzas kurdas declararon que habían frenado esta incursión.

Al menos 15 personas, ocho de ellas civiles, murieron en el inicio de la ofensiva, según indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), el cual añadió que “miles de desplazados” huían de las zonas bombardeadas.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el comienzo de la campaña después que el mandatario Donald Trump tomó el domingo la abrupta decisión de retirar a los soldados estadounidenses para permitir la operación.

La decisión de Trump, a la que se han opuesto férreamente políticos de ambos partidos en Estados Unidos, representó un cambio en la política de Washington que esencialmente abandona a los combatientes kurdo sirios, que eran los únicos aliados estadounidenses dentro de Siria en la guerra contra el grupo extremista Estado Islámico (EI).

---

Había un ambiente de pánico en las calles de las zonas residenciales aledañas a las fronteras mientras los civiles huían a pie, en autos y con mototaxis llenos de colchones y unas cuantas pertenencias. Entre ellos había personas que hacía pocos años habían huido del Estado Islámico.

La arremetida suscitó una avalancha de críticas internacionales. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá el jueves de urgencia.

Trump estimó que la operación de Ankara era una “mala idea”, aunque fue la retirada de las tropas de su país a principios de semana de las zonas fronterizas en Siria la que allanó la vía a la ofensiva contra las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG).

Cerca del pueblo de Qamishli se veían columnas de humo levantándose en el área aledaña a la frontera luego que activistas reportaron sonidos de explosiones cerca de allí. Para cuando anocheció, ya había incendios en uno de los barrios del pueblo, al parecer a causa del fuego de artillería.

Ver más

Efectivos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y arábes dominada por las YPG, equipados con lanzacohetes, se desplegaron en la zona.

Los medios turcos afirmaron que ocho proyectiles lanzados por las YPG cayeron en las localidades turcas fronterizas de Akçakale y Nusaybin, sin informar de víctimas.

Tercera ofensiva

Esta ofensiva es la tercera que Turquía lleva a cabo en Siria desde el 2016. Abre un nuevo frente en este conflicto que ya ha dejado más de 370.000 muertos y millones de desplazados desde el 2011.

“Las Fuerzas Armadas turcas y el Ejército Nacional Sirio (rebeldes sirios apoyados por Ankara) dieron inicio a la operación ‘Fuente de paz’ en el norte de Siria”, anunció Erdogan en Twitter.

La operación tiene como meta permitir la creación de una “zona de seguridad” destinada a separar la frontera turca de las posiciones kurdas, así como acoger a refugiados, indicó.

Turquía considera a las YPG, aliadas de los occidentales en su lucha contra los yihadistas del Estado Islámico, como un grupo “terrorista”, debido a sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva a cabo una guerra de guerrillas contra Turquía.

“Esta mañana Turquía, miembro de la OTAN, invadió Siria. Estados Unidos no apoya ese ataque e indicó claramente a Turquía que esa operación era una mala idea”, manifestó Trump en un breve comunicado.

El mandatario había dado luz verde a esta operación, aunque luego matizó sus declaraciones y dijoafirmó que Washington no “había abandonado a los kurdos”.

Turquía pagará un “alto precio económico” si la operación en Siria es “injusta”, añadió después.

Pocas horas antes del inicio de la ofensiva, los kurdos de Siria decretaron una “movilización general” de tres días e instaron a los habitantes de la región a la “resistencia” frente a Turquía.

En el texto se instó al pueblo kurdo "a dirigirse hacia la zona fronteriza" para garantizar "la resistencia" y se señaló a Estados Unidos y a toda la comunidad internacional responsables en caso de "catástrofe humanitaria".

Desaprobación en el exterior

La comunidad internacional condenó esta operación militar, que podría dar paso al resurgimiento del Estado Islámico en la región.

Francia condenó “muy firmemente” la incursión turca, en tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, exigió que Ankara abandonara la ofensiva. Alemania estimó que la operación podría “provocar el resurgimiento” del EI, y Reino Unido expresó su "grave preocupación.

Antes del inicio de la arremetida, el presidente ruso, Vladimir Putin, pidió en vano a su homólogo turco que reflexionara.

Egipto juzgó este “ataque inaceptable” y Riad condenó esta “agresión” de Turquía en Siria.

En Estados Unidos, un grupo bipartidista de senadores informó el miércoles de que acordó imponer sanciones draconianas contra Turquía si sus fuerzas no se retiran de la vecina Siria.

El republicano Lindsey Graham dijo que él y el demócrata Chris Van Hollen promueven un proyecto de ley que obligaría al gobierno de Donald Trump a congelar propiedades en Estados Unidos de los principales líderes turcos, incluido el presidente Recep Tayyip Erdogan.

La iniciativa también impondría sanciones a las entidades que hacen negocios con el Ejército turco o con las compañías de petróleo y gas que prestan servicios a sus fuerzas armadas.

Las sanciones se impondrán inmediatamente después de la promulgación del proyecto de ley, y permanecerán vigentes a menos que la administración Trump certifique al Congreso que Turquía no está operando en Siria sin el apoyo de Estados Unidos y que ha retirado sus fuerzas de las áreas que ocupó durante las operaciones que inició este miércoles.

“Estas sanciones tendrán consecuencias inmediatas y de largo alcance para Erdogan y sus militares”, escribió Van Hollen en Twitter.

El año pasado, Trump impuso aranceles a Turquía que precipitaron la devaluación de la moneda del país, la lira, luego del desacuerdo entre Washington y Ankara por la detención en ese país del pastor estadounidense Andrew Brunson.