Jerusalén AFP El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió vencer el “terrorismo” tras la multiplicación de agresiones con arma blanca, de las cuales cuatro fueron perpetradas el lunes en Jerusalén, en tanto nada parece poder detener la espiral de violencia.
Tres de los atacantes fueron muertos a tiros por las fuerzas de seguridad israelíes tras haber agredido a policías y a jóvenes judíos.
Estos cuatro atentados elevan a 19 el número de agresiones con arma blanca contra israelíes y judíos desde el 3 de octubre.
Estos ataques, cometidos en su mayoría por palestinos, sin aparente coordinación, han dejado al menos dos muertos y más de una veintena de heridos. Varios de los agresores fueron acribillados.
El primer ministro Netanyahu afirmó que su país superaría esta oleada de ataques. “El terrorismo con cuchillo no nos vencerá” dijo, al iniciarse una nueva sesión del Parlamento.
Los ataques con cuchillo son una de las principales formas de violencia de la actual escalada de enfrentamientos en Jerusalén, Cisjordania y la franja de Gaza, que comenzó a principios de octubre, cuando presuntos miembros de Hamás mataron a tiros a una pareja de colonos judíos en Cisjordania, en presencia de sus hijos.
Ello fue el punto de partida de sucesivos enfrentamientos y disturbios entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén Este y los Territorios Palestinos.
Temores. La tensión es tal que crece cada día el riesgo de que se produzca una masiva revuelta palestina, bajo la forma de una tercera intifada.
Además, se reaviva el temor a los atentados con bomba que durante la segunda intifada (2000-2005, la primera data de 1987) sembraron el terror entre la población israelí.
Sin embargo, el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riad al-Malki, consideró “prematuro” calificar de tercera intifada la actual oleada de violencia en Israel y en los Territorios Palestinos, y opinó que todavía se puede controlar la situación.
“Es prematuro hablar en esos términos. Creo que sigue existiendo una posibilidad de controlar la situación, si Netanyahu colabora”, dijo al-Malki en Viena.
La serie de ataques de este lunes se suma a otra agresión el domingo en el kibutz de Gan Shmuel (norte), donde un árabe-israelí apuñaló a dos soldados y dos civiles israelíes tras atropellarlos con su vehículo.
En esta nueva escalada ya han muerto por lo menos 25 palestinos, entre ellos 10 presuntos autores de ataques con arma blanca.
Frustración. La frustración palestina es creciente, después de años de expectativas incumplidas para lograr un Estado propio, y la persistente ocupación israelí de sus territorios. A ello se añade la colonización en territorios palestinos o en Jerusalén Este, ocupada por Israel tras las Guerra árabe-israelí de 1967, y luego anexionada.
Además, los funerales que se suceden alimentan la cólera de una juventud palestina desengañada y hastiada de sus propios dirigentes.
Centenares de jóvenes, carentes de líderes, acuden cada día a desafiar la muerte, cerca de las garitas de control israelí en Cisjordania, para lanzar piedras a los soldados hebreos, que replican con balas reales.
Muchos niños, algunos con atuendos militares, encapuchados y portando armas de plástico, se sumaron este lunes a las centenares de personas que portaban el cadáver, envuelto en la bandera palestina, de Ahmed Charaké, de 13 años, en el turbulento campamento de refugiados de Jalazun. El joven murió el domingo en disturbios en Ramalá.
“Se fue sin avisarme. Vi en la televisión que había un muerto. Solo después supe que era Ahmed” cuenta su desolada madre, Houda.
Una reciente encuesta reveló que la mayoría de palestinos está a favor de un regreso de la rebelión armada, en ausencia de negociaciones de paz. Los muertos de estos días ponen a prueba el alto el fuego observado en Gaza desde agosto de 2014.