Bogotá
Con ramos de flores y en medio de las lágrimas decenas de personas homenajearon este lunes a la joven francesa fallecida junto a otras dos mujeres en el atentado del sábado en Bogotá, en la víspera de la fase final del desarme de la guerrilla FARC.
A las puertas de la embajada de Francia, a pocas cuadras de donde ocurrió el atentado en un centro comercial, los amigos de Julie Huynh, de 23 años, la recordaron como una "persona extraordinaria" que había llegado a Colombia a trabajar por gente "afectada por la violencia".
Huynh hizo desde febrero un voluntariado en la ONG Proyectar sin fronteras, trabaja en el sur capitalino con jóvenes desplazados por la violencia en el país, donde el gobierno de Juan Manuel Santos impulsa un proceso de paz para terminar un conflicto armado de más de 50 años.
"El mensaje que nos deja Julie es un mensaje positivo, de esperanza (...) y es el mensaje que debemos llevar", dijo antes el embajador de Francia en Colombia, Gautier Mignot, quien encabezó la ceremonia, a la que se sumaron la comunidad francesa y colombianos.
Con girasol en las manos temblorosas y la voz quebrada, Melanie Rousseau, una francesa que vive hace 10 años en Colombia, aspiró a que lo ocurrido "no sea en vano, que todos sigamos en la lucha, porque puede haber otros horrores".
Dos colombianas de 31 y 41 años también fallecieron cuando el explosivo estalló en uno de los baños del exclusivo centro comercial Andino. Una persona sigue en estado grave.
El estupor aún fresco en la población por el atentado, se mezcla con las expectativas generadas por la tercera y última etapa de desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que comienza el martes.
A partir de ese día la guerrilla, la más antigua del país y con unos 7.000 combatientes, deberá entregar un 40% de sus armas a la misión de la ONU en el país como parte del histórico acuerdo de paz que firmó con el gobierno de Juan Manuel Santos.
En las últimas dos semanas, el grupo rebelde de línea marxista entregó un 60% de su arsenal en las 26 zonas del país donde están concentrados los guerrilleros.
"No vamos a permitir que lo logrado hasta ahora sea frenado por unos extremistas", dijo Santos el domingo tratando de aplacar los temores de que se reanude la violencia y de defender el proceso de paz que lidera para terminar con más de 50 años de guerra interna.
El mandatario anunció que esta etapa de desarme concluirá la próxima semana, con lo que los guerrilleros podrán empezar a organizarse como movimiento político y reintegrarse a la sociedad.
"A Colombia y el mundo les decimos que las FARC vamos a persistir en la construcción de la paz", escribió la cúpula de esa guerrilla en un comunicado en el que condenó a quienes, con el atentado, "quieren obstaculizar" el proceso de pacificación.
Aún se desconoce el tipo de artefacto utilizado en el ataque y ningún grupo ha reivindicado el hecho, pero las autoridades plantean "tres hipótesis" que mantienen en reserva mientras siguen las investigaciones.
El jefe de Estado indicó el lunes que "las investigaciones sobre los responsables del atentado son solidas y van por buen camino", pero no entregó mayores detalles.
Santos se reunió con el secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, quien a nombre del secretario general Antonio Guterres presentó condolencias y aseguró que este atentado es un recordatorio de los retos que Colombia y muchos otros países enfrentan actualmente.
Una recompensa de unos 33.000 dólares fue ofrecida por el gobierno a cambio de información sobre los responsables del ataque.
Tras el atentado, el presidente canceló un viaje a Portugal para "estar al frente de estas investigaciones", pero anunció que mantendrá su visita a Francia, adonde viajará este martes.
Santos celebró el Día del Padre el domingo almorzando con uno de sus hijos en el centro comercial Andino, como un modo de "decirle a la gente que no hay ninguna posibilidad que el terrorismo vaya a doblegar al pueblo colombiano".
El atentado del sábado fue el segundo de gravedad este año en Bogotá. El 19 de febrero, una explosión cerca de la Plaza de Toros dejó un policía muerto y más de una veintena de heridos, en un hecho que se atribuyó la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevaristas).