Ciudad del Vaticano. AFP. El papa Francisco instó este martes a Irán a jugar “un papel importante” en Oriente Medio, para “promover soluciones políticas adecuadas” que detengan “la propagación del terrorismo y el tráfico de armas” en la región.
El pedido del Papa fue realizado al presidente de Irán, Hasán Ruhaní, durante un encuentro privado de 40 minutos en la biblioteca papal, la primera visita al Vaticano en 17 años de un mandatario iraní.
La reunión marca una nueva etapa de las relaciones de la República Islámica de Irán tras el acuerdo sobre el programa nuclear iraní alcanzado en julio.
En el encuentro, ambos resaltaron la “importancia del diálogo interreligioso” y la responsabilidad que tienen las comunidades religiosas “en la promoción de la reconciliación, de la tolerancia y la paz”, señaló en una nota oficial el Vaticano.
Esta fue una alusión a la reconciliación entre sunitas y chiitas, dos ramas del islam en el conflicto que afecta Oriente Medio.
La rivalidad histórica de Irán con Arabia Saudí y la crisis en Siria no fueron mencionadas explícitamente en el comunicado.
El mensaje de la Santa Sede a Teherán es evitar la solución armada, rechazar toda intervención militar y dar prioridad a la diplomacia para calmar a los grupos armados que apoya Irán.
Irán es, junto con Rusia, el principal apoyo del régimen del presidente sirio Bashar al-Asad , al que aporta ayuda financiera y militar, incluido el envío de consejeros militares sobre el terreno.
En la nota, el Vaticano destacó “los valores comunes espirituales” y el “buen estado de las relaciones entre la Santa Sede y la República Islámica de Irán”.
Según expertos de las relaciones chiitas-católicas, desde hace años se mantiene un diálogo fructífero entre teólogos de las dos religiones, lo que no ocurre con representantes del islam sunita.
El diálogo del Papa con el chiismo podría ser muy importante para la estabilidad del Oriente Medio.
El Presidente de la República Islámica de Irán llegó acompañado al Vaticano por una delegación de 12 personas, entre ellos el canciller, Javad Zarif.