Oposición sudanesa rechaza diálogo con régimen tras represión que dejó 108 muertos

Ante el temor de que la situación empeore, la ONU decidió relocalizar temporalmente a parte de su personal en Sudán.

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Jartum. Los líderes de la protesta popular sudanesa contra el régimen militar rechazaron este miércoles la propuesta de diálogo de los militares en el poder, después de que el saldo de la represión del movimiento fuera revisado al alza, hasta los 108 muertos.

El Consejo Militar ordenó el lunes la dispersión por la fuerza de los manifestantes concentrados frente al cuartel general del ejército en la capital, Jartum.

La operación, calificada de “masacre” por los manifestantes, provocó 108 muertos, en lugar de los 60 inicialmente reportados, según un comité de médicos favorable a la protesta.

Del total de muertos, 40 fueron hallados en las aguas del Nilo, según estos médicos cercanos al movimiento de protesta. La represión también causó más de 500 heridos, añadieron estas fuentes.

Tras el golpe de fuerza, las llamadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar vinculado al ejército, fueron desplegadas en todo el país.

Ante el temor de que la situación empeore, la ONU decidió relocalizar temporalmente a parte de su personal en Sudán. Reino Unido también retiró a los trabajadores “no esenciales” de su embajada en Jartum y desaconsejó a los británicos viajar al país.

“El pueblo sudanés no está abierto a negociaciones” proclamó Amjad Farid, portavoz de la Asociación de profesionales sudaneses que lidera el movimiento de protesta.

“El pueblo sudanés no está abierto a este consejo de transición militar que asesina a gente y necesitamos justicia y rendimiento de cuentas antes de que se pueda hablar de ningún proceso político” dijo a la AFP.

Este miércoles, varios testigos explicaron a la AFP haber oído disparos en la capital. Las calles de Jartum estaban casi desiertas, con tiendas cerradas y apenas vehículos, a pesar de que se celebra la fiesta de Aíd al Fitr, que marca el fin del Ramadán.

Desde el lunes, el internet móvil no es accesible. Las redes sociales han sido claves en las protestas.

Los manifestantes estaban concentrados desde el 6 de abril delante del cuartel general del ejército en Jartum. Tras reclamar la dimisión del presidente Omar Al Bashir, destituido por el ejército el 11 de abril y sustituido por un Consejo Militar, ahora exigen que el poder sea transferido a los civiles.

“Entre los heridos todavía hay personas en estado grave y se espera que aumente el número de muertos”, dijo a la AFP un médico que trabaja en dos hospitales de Jartum y que no quiso identificarse por razones de seguridad.

“La situación es muy difícil (...) La mayoría de hospitales recibieron más víctimas de las que permite su capacidad”, aseguró.

La circulación en Jartum es difícil por la presencia de las RSF y el bloqueo de las carreteras por los manifestantes, que levantaron barricadas con piedras, troncos de árbol o neumáticos incendiados.

Las RSF, que normalmente se despliegan en otras regiones de Sudán, han sido acusadas por las organizaciones de derechos humanos de cometer abusos en la región de Darfur (oeste).

En un discurso difundido por televisión, el jefe del Consejo Militar, Abdel Fatah Al Burhan, dijo “lamentar” lo que pasó el lunes en Jartum. La fiscalía abrió una investigación.

Los generales niegan haber dispersado a los manifestantes por la fuerza, pero hablan de una “operación de limpieza” que salió mal.

“Abrimos los brazos a las negociaciones sin restricción”, dijo Burhan, quien pidió abrir “una nueva página”.

Los generales decidieron anular todos los acuerdos y las negociaciones con los jefes de las protestas, pero al mismo tiempo prometieron elecciones en breve.

Las negociaciones entre los generales y los manifestantes fueron suspendidas el pasado 20 de mayo.

La comunidad internacional pidió retomar el diálogo. Pero “al ordenar esos ataques, el Consejo Militar puso en peligro este proceso de transición y paz en Sudán”, denunciaron Estados Unidos, Gran Bretaña y Noruega.

Según fuentes diplomáticas, China, con apoyo de Rusia, bloqueó el martes en el Consejo de Seguridad de la ONU un texto condenando los muertos civiles en Sudán y que pedía el cese inmediato de la violencia.

Por su parte, la entidad humanitaria Amnistía Internacional formuló un llamado la Unión Africana y la ONU a “adoptar acciones inmediatas para que los responsables por esta violencia sean llevados a la justicia”.