Oposición de Mali trabajará con los militares para impulsar una transición política

Presidente Bubacar Keita se vio obligado a dimitir el martes por la noche tras un golpe de Estado

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Bamako. La oposición en Mali se felicitó este miércoles por el golpe de estado militar que “culminó” su lucha para echar del poder al presidente Ibrahim Bubacar Keita y dijo que estaba preparada para impulsar una transición política con los golpistas.

El movimiento de oposición M5-RFP aseguró en un comunicado que "toma nota del compromiso" del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP), creado por los militares que depusieron a Keita, para "iniciar una transición política civil".

Según el comunicado, el M5-RPF "impulsará todas las iniciativas" a favor de "la elaboración de una hoja de ruta cuyo contenido será acordado con el CNSP y todas las fuerzas vivas del país".

El presidente Keita se vio obligado a dimitir el martes por la noche tras un golpe de Estado, condenado por Estados Unidos, la Unión Europea y la Unión Africana.

Choguel Maïga, presidente del comité estratégico de esta coalición opositora, también afirmó el miércoles que festejarán el viernes "la victoria del pueblo maliense" con la organización de "la mayor manifestación patriótica" en la capital Bamako y otras localidades de este país del noroeste africano, marcado por una gran inestabilidad.

El gobierno de Keita se confrontaba a una oposición heteróclita, de políticos, religiosos y miembros de la sociedad civil.

En las últimas semanas se celebraron muchas manifestaciones contra el gobierno, entre ellas una comenzada el 10 de julio, que degeneró en tres días de enfrentamientos mortíferos.

Crece presión

Estados Unidos, la Unión Europea y la Unión Africana acentuaron la presión sobre los militares que tomaron el poder en Mali y exigieron este miércoles la liberación “inmediata” del presidente Ibrahim Bubacar Keita, detenido la víspera por el Ejército.

Tras una cumbre extraordinaria de la UE, los 27 reclamaron un “retorno inmediato al Estado de derecho” en Mali.

“La estabilidad de la región y de Malí, la lucha contra el terrorismo deben continuar siendo las prioridades absolutas”, declaró el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, destacando la “gran preocupación” europea.

Washington "condenó firmemente" el "motín", y exigió que "la libertad y seguridad de los funcionarios del gobierno" sea garantizada.

“Estados Unidos condena firmemente el motín del 18 de agosto en Mali, como condenamos cualquier toma del poder por la fuerza”, señaló el secretario de Estado Mike Pompeo en un comunicado, sin mencionar un golpe de Estado. Llamó a “obrar para el restablecimiento de un gobierno constitucional”.

El presidente en ejercicio de la Unión Africana (UA), el sudafricano Cyril Ramaphosa, por su parte, condenó el "cambio inconstitucional" de régimen en Bamako y "exigió la liberación inmediata del presidente, el primer ministro y otros ministros", aún en manos de los militares, llamando al ejército "a volver a los cuarteles".

El presidente Keita y su jefe de gobierno, Bubu Cissé, aún se encontraban en el campo militar de Kati, cuartel general de los golpistas ubicado en las afueras de Bamako, señaló a una fuente del Comité nacional para la salvación del pueblo (CNSP), instancia creada el martes por los golpistas.

Otros funcionarios civiles y militares también fueron detenidos el martes.

‘¿Realmente, tengo otra opción?‘

La calma reinaba este miércoles en Bamako, donde pueden verse los daños provocados por este cambio de poder, en particular la casa del ministro de Justicia, Kassim Tapo, incendiada por una multitud enardecida, constató la AFP.

En el centro de la capital, los negocios funcionaban, pero la administración y bancos estaban cerrados.

Keita, elegido en el 2013 y reelegido en el 2018 por cinco años, anunció en la madrugada de este miércoles ante la televisión pública su renuncia, tras la disolución del gobierno y la Asamblea Nacional.

"¿Realmente, tengo otra opción?", se preguntó, y señaló que quería evitar que se derramase sangre para mantenerlo en el poder.

El vocero de los militares, coronel-mayor Ismael Wagué, subjefe del estado mayor de la Fuerza Aérea, anunció horas después la creación del Comité nacional para la salvación del pueblo, señalando que los militares habían “decidido asumir (sus) responsabilidades” ante el caos, la anarquía y la inseguridad.

Asimismo, los militares anunciaron "una transición que conduzca a elecciones creíbles en un plazo razonable", pidiendo la colaboración del pueblo.

Las fronteras fueron cerradas, pero Wagué afirmó que se respetarán todos los acuerdos: con la misión de la ONU (Minusma), el G5 (grupo integrado por cinco países de la región) y otros.

La Cedeao, organización regional mediadora en la crisis maliense desde junio, condenó el golpe, y apartó al país.

La ONU también denunció el golpe y anunció una reunión en esta jornada del Consejo de seguridad para tratar la situación en Mali.

El gobierno de Keita contaba con una oposición heteroclítica, de políticos, religiosos y miembros de la sociedad civil. Fueron organizadas muchas manifestaciones, entre las cuales una comenzada el 10 de julio degeneró en tres días de enfrentamientos mortíferos.