Damasco. AFP. Decenas de miles de personas huían este jueves de la región de Alepo, sometida a una ofensiva del Ejército sirio contra los rebeldes con el apoyo aéreo masivo de Rusia.
Alepo es uno de los últimos bastiones de la rebelión contra el régimen de Bashar al-Asad, que está retomando con fuerza la iniciativa en la sangrienta guerra civil en el país árabe.
Ese aumento de la presión militar provocó la suspensión de las conversaciones de paz que apenas acababan de empezar la semana pasada en Ginebra, bajo el auspicio de las Naciones Unidas.
Entre “60.000 y 70.000 personas” podrían buscar refugio en Turquía para escapar a la ofensiva del régimen, advirtió el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, cuyo gobierno es hostil al poder de Damasco.
Davutoglu se expresó durante la conferencia de donantes de Londres para atender la crisis siria, en la cual se cruzaron acusaciones diplomáticas.
Rusia en la mira. “Los que ayudan al régimen de Asad son culpables de los mismos crímenes de guerra”, dijo Davutoglu, que acusó a Rusia de bombardear “escuelas y hospitales, y no las posiciones del terrorista Estado Islámico”, como asegura.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), 21 civiles, varios de ellos niños, murieron este jueves en un bombardeo ruso en Alepo.
Rusia respondió que tiene motivos para creer que Turquía alista una intervención luego de que le negó permiso para un vuelo de reconocimiento.
“Tenemos razones fundamentadas para sospechar que Turquía prepara intensivamente una invasión militar en territorio soberano” sirio, indicó en un comunicado el Ministerio ruso de Defensa.
Estados Unidos también exigió a Moscú que cese los bombardeos.
Rusia no dudó, al contrario, en proclamar su potencia militar: al menos 875 “objetivos terroristas” fueron bombardeados “en los últimos tres días”, en particular en la región de Alepo, indicó el ministerio de Defensa.
Alepo, que antes de la guerra era la capital económica siria, es un punto clave en el norte del país para la conexión con Turquía.
Los rebeldes se hallan en una situación extremadamente difícil, porque las tropas gubernamentales han cortado la principal ruta de aprovisionamiento en la zona hacia Turquía.
Los soldados consiguieron levantar el asedio contra dos localidades chiitas al norte de Alepo, Nebbol y Zahra, ambas asediadas por los rebeldes desde el 2012.
Si el Ejército consigue avanzar hacia la ciudad de Alepo, eso podría significar “el principio del fin” para los rebeldes, a menos de recibir una ayuda urgente de los países del Golfo y Turquía, señaló Rami Abdel Rahman, director de la OSDH.
Miles de personas deambulan sin un lugar donde guarecerse en la amplia zona del norte de Siria y la frontera con Turquía.
En Damasco, un alto responsable afirmó que el régimen ambiciona ir más lejos. “Los próximos objetivos son cerrar la frontera con Turquía para impedir la llegada de las tropas y armas (para los rebeldes). Luego le tocará a la provincia de Alepo y a la de Idleb (noroeste)”, capturada en 2015 por los rebeldes, dijo.
El Consejo de Seguridad de la ONU mantendrá el viernes consultas con el mediador de la ONU en Siria, Staffan de Mistura.
Este deberá explicar porqué decretó una “pausa” en las negociaciones hasta el 25 de febrero.