Teherán. EFE. Irán liberó el sábado al periodista de The Washington Post Jason Rezaian, condenado por espionaje en el país , y a otros tres presos iraní-estadounidenses, un nuevo y significativo paso para impulsar el deshielo con Occidente al calor de la entrada en vigor del histórico acuerdo nuclear.
Familiares de Rezaian confirmaron que efectivamente el periodista se encontraba ya fuera de prisión, si bien no aclararon si había logrado salir del país ni si había podido reunirse con su esposa, la también periodista Yeganeh Salehí, quien fue detenida junto con él en julio del 2014 y liberada bajo fianza tras cuatro meses en prisión.
Con esta decisión, anunciada por los portavoces del Poder Judicial iraní como “un intercambio de prisioneros”, las autoridades de la República Islámica pusieron fin al caso de Rezaian, uno de los más emblemáticos en los últimos tiempos de la mala relación que mantienen con Estados Unidos, y el de otros prisioneros menos célebres, pero que constituían una espina que impedía una mejora de los lazos bilaterales.
Rezaian, corresponsal en Irán del diario estadounidense , fue aprehendido junto a su esposa y dos amigos, que fueron liberados tras varias semanas.
Tras más de diez meses de encarcelamiento, el periodista de doble nacionalidad iraní fue acusado de espionaje por “haber recopilado información” sobre temas de “política interna y exterior”, y suministrarla a “personas indebidas”.
Además, también se le acusó de “cooperar con Estados hostiles” y emitir “propaganda contra la República Islámica”.
En mayo del año pasado se inició formalmente el juicio en su contra, del que apenas se conocieron detalles públicos salvo que resultó condenado a una pena de prisión por un Tribunal Revolucionario de Teherán.
Durante todo este tiempo no cesaron las presiones sobre Irán para que liberara a Rezaian ni las críticas sobre la actuación opaca de su sistema judicial.