Gobierno de Libia denuncia ‘golpe de Estado’ por caudillo militar rebelde

Mariscal Jalifa Haftar aseguró haber obtenido el ‘mandato del pueblo’ para gobernar

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Trípoli. El Gobierno de Unión Nacional (GNA) de Libia, con sede en Trípoli, denunció este martes un nuevo “golpe de Estado” de su rival, el jefe militar del este libio, el mariscal Jalifa Haftar, quien aseguró la víspera haber obtenido el “mandato del pueblo” para gobernar al país.

Acusado por sus detractores de querer instalar una nueva dictadura militar en Libia casi una década después de la caída del régimen de Muamar Gadafi, Haftar controla además de la región este del país también una parte del sur.

En un breve discurso, el lunes por la noche, el mariscal anunció que el comando general de su "ejército" autoproclamado "aceptó la voluntad del pueblo y su mandato", sin precisar de manos de qué institución había recibido tal mandato.

Tampoco indicó qué implicaciones políticas suponía este mandato, especialmente el papel del Parlamento en el este del país y el gobierno paralelo nombrado por esta asamblea, elegida en el 2014.

Haftar se aferra a la legitimidad de este Parlamento, que tuvo que trasladarse al este del país debido a un aumento de la violencia en la capital.

El lunes, el mariscal también anunció “el fin del acuerdo de Sjirat”, firmado en Marruecos en el 2015 bajo la égida de la ONU, del cual emanó el GNA, con sede en la capital, Trípoli.

En el 2017, Haftar ya había anunciado que este acuerdo de Sjirat había “expirado”. En el 2014, había afirmado durante un discurso televisado que iba a tomar el poder, pero este anuncio no lo concretó.

‘Nuevo golpe de Estado’

En reacción a las declaraciones del militar, el GNA de Fayez al Sarraj, reconocido por la ONU, denunció una “farsa y un nuevo golpe de Estado, que se suma a una serie de otros que empezaron hace años”.

Según este, Haftar “incluso se volteó contra las instancias políticas paralelas que lo apoyaban y que lo nombraron” jefe del ejército.

El GNA afirma que el mariscal, quien intenta desde abril de 2019 hacerse con el control de Trípoli, quiere “disimular el fracaso de sus milicias y sus mercenarios” y “el fracaso de su proyecto dictatorial”.

“La decisión de Haftar de oficializar su control directo sobre el este (...) es una señal de su desesperación en aumento frente al éxito del GNA en el oeste”, consideró Hamish Kinnear, experto de Verisk Maplecroft, empresa británica de análisis de datos y estudios de riesgo con presencia en casi todo el mundo.

Fortalecidas por el apoyo de Turquía, las tropas del GNA despojaron hace dos semanas a las milicias pro-Haftar de dos ciudades estratégicas del oeste del país, y rodean Tarhuna, la más importante base de retaguardia del mariscal, ubicada a unos cincuenta kilómetros al sureste de Trípoli.

Estados Unidos, por su parte, lamentó que el anuncio de Haftar fuera una “sugestión (...) según la cual se pueden imponer cambios en la estructura política de Libia mediante una declaración unilateral”, indicó la Embajada estadounidense en la red Twitter.

De su lado, el vocero de la ONU Stéphane Dujarric afirmó desde Nueva York que “el acuerdo político libio y las instituciones que de allí surgen son el único marco de gobierno internacionalmente reconocido en Libia”.