París. El gobierno francés se reunía este lunes con miembros de la oposición para buscar una salida a la crisis abierta por los “ chalecos amarillos”, un movimiento que protesta contra la política fiscal y social de Emmanuel Macron, tras las violentas protestas que sembraron el caos en París el sábado.
El primer ministro Édouard Philippe, quien canceló su viaje a Polonia donde debía asistir a la COP24, comenzó a recibir por la mañana a los jefes de los principales partidos de la oposición, incluyendo al conservador Laurent Wauquiez y a la ultraderechista Marine Le Pen.
El martes planeaba reunirse con una delegación de los “chalecos amarillos”, pero varios portavoces anunciaron que rehusaban asistir al encuentro por razones de seguridad.
“Ningún miembro de los chalecos amarillos libres irá mañana a Matignon”, sede de la oficina del primer ministro, anticipó Benjamin Cauchy, uno de los integrantes del movimiento.Otra de sus voceras, Jacline Mouraud, también expresó que no iría porque recibió “demasiadas amenazas” tras la publicación de la columna de opinión en la que marcan distancia con otros miembros del movimiento que participaron en actos violentos el sábado.
LEA MÁS: Los ‘chalecos amarillos’ expresan el descontento social en Francia
Philippe no indicó si el ejecutivo cederá a algunas de las muchas y variadas demandas de los manifestantes, entre las que figura la supresión del nuevo incremento en el precio de los carburantes a partir del 1.° de enero del 2019, el detonante de las protestas.
Hasta ahora, Macron ha dicho que no dará marcha atrás sobre esta medida que, asegura, tiene una justificación medioambiental. Pero prometió una gran consulta de tres meses para ayudar a los ciudadanos más pobres en la transición hacia una economía más verde.
#Francia 🇨🇵 | Batalla campal en el Arco de Triunfo de #París durante una nueva jornada de protestas de los "chalecos amarillos" contra las recetas neoliberales de #Macron. #GiletsJaunes pic.twitter.com/BjC1kx0QLS
— OɾιoƖ Sabata (@oriolsabata) December 1, 2018
Las protestas de este colectivo desligado de los partidos políticos y los sindicatos comenzaron contra el alza de los impuestos a los carburantes, pero se han transformado en una ola más amplia de rechazo a las reformas de Macron.
En una señal de que el gobierno está dispuesto a ceder terreno, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, manifestó el lunes que se debe “acelerar la reducción de impuestos”. “Pero para esto se debe acelerar la disminución del gasto público”, agregó.
Los “chalecos amarillos”, cuyo nombre hace referencia a los atuendos fluorescentes que todo automovilista debe tener en su vehículo, son un movimiento que agrupa a franceses exasperados por la política fiscal de Macron, que muchos consideran que favorece a los ricos.
LEA MÁS: El gobierno francés busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana en París
El sábado, unas 136.000 personas participaron en la tercera jornada de protestas nacionales convocadas por este movimiento, que degeneraron en caos, sobre todo en la capital francesa, donde se produjeron saqueos e incendios.
La violencia en París fue de “una gravedad sin precedente”, afirmó el domingo el prefecto de policía Michel Delpuech, quien lamentó la “violencia extrema e inédita” contra las fuerzas del orden con “lanzamiento de martillos” y “bolas de acero”.
Un total de 263 personas resultaron heridas en todo el país, entre ellas 133 en la capital y 23 de ellas miembros de las fuerzas de seguridad.
Macron, quien regresó el domingo de la cumbre del G20 en Buenos Aires, no se ha pronunciado aún sobre los desmanes. Un mutismo que podría romper cuando su primer ministro termine sus consultas.
“Cuanto más tiempo pase, más pesado será el precio político” que tendrá que pagar el gobierno, estimó Bruno Cautrès, del Centro de Investigación Política de Sciences Po (Cevipof).
Cada vez más miembros del partido presidencial, La República en Marcha (LREM), urgen al gobierno a mostrarse más atento a las preocupaciones diarias de los franceses. “Seguramente hemos estado demasiado alejados, hemos sido demasiado tecnócratas, demasiados seguros de nosotros mismos”, admitió el sábado Stanilas Guerini, el nuevo dirigente de LREM.
La presión continúa
Mientras tanto, los “chalecos amarillos” proseguían sus acciones de protesta.
Unos 50 manifestantes bloqueaban este lunes el importante depósito de Fos-sur-Mer, cerca de Marsella (sureste). Además, un centenar de liceos estaban parcialmente o totalmente bloqueados por la mañana para protestar contra las reformas de Macron sobre educación y para mostrar apoyo a los “chalecos amarillos”.
LEA MÁS: Macron se critica y promete gobernar Francia ‘de forma diferente’
El lunes se produjeron más protestas en París, donde decenas de ambulancias bloquearon un puente que conduce a la Asamblea Nacional. Las filas de la Policía antimotines se formaron bajo la lluvia para evitar que se acercaran demasiado al edificio.
Los paramédicos que se unieron a las manifestaciones se quejan de los cambios aplicados en sus condiciones laborales.
Los estudiantes que se oponen a las reformas educativas también se unieron, bloqueando decenas de escuelas secundarias en toda Francia, según informes de los medios de comunicación franceses.
Durante la protesta de los paramédicos el lunes algunos manifestantes prendieron fuego a una pila de basura y cerraron el paso al tráfico mientras coreaban la consigna “Macron renuncia”.