Cerca de Baghuz, Siria. Un general de Estados Unidos advirtió el jueves de que la ofensiva contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) estaba “lejos de terminar” a pesar de la pérdida de territorio de los islamistas, mientras los supervivientes salen del último pedazo del moribundo “califato” del grupo en el este de Siria.
Un feroz asalto apoyado por la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington provocó un éxodo interminable de niños, mujeres cargando pesadas mochilas y hombres, muchos heridos, del pueblo de Baghuz, donde los combatientes asediados del EI resisten.
Pero el general Joseph Votel, jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, previno que muchos de los que están siendo evacuados son “obstinados, inquebrantables y radicalizados”, y exhortó a una “ofensiva vigilante” contra el grupo.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la alianza kurdo-árabe que lucha contra el EI con el apoyo de la coalición, aún esperan ver a más supervivientes salir antes de realizar lo que creen será el golpe final contra los yihadistas, que se encuentran en un campamento improvisado a orillas del Éufrates.
La salida de supervivientes sorprendió a las FDS, y las operaciones militares tuvieron que hacerse más lentas para permitir las evacuaciones.Pese a ello, las FDS avanzaron lentamente sobre el terreno, reconquistando hace unos días una parte del sector yihadista, dijo una fuente de las FDS.
Las familias que quedan han sido llevadas hacia el otro extremo del campamento cerca del río, agregó.
El jueves, los combatientes árabes y kurdos de las FDS lanzan disparos de artillería sobre este reducto del que emergen nubes de humo negro, constató un periodista de la AFP cerca de la línea de frente.
Más de 7.000 personas salieron de Baghuz desde el domingo, indicó Adnane Afrine, un portavoz de las FDS.
El fuego de artillería de la alianza kurdo-árabe y los bombardeos de la coalición el fin de semana parecen haber hecho mella en los obstinados yihadistas que siguen dentro.
No cantar victoria
Votel en cambio dijo ante una comisión en el Congreso estadounidense el jueves que el EI sigue preparado para un resurgimiento, a pesar de la pérdida de territorio.
“La reducción del califato físico es un logro militar monumental [...] pero la lucha contra el EI y el extremismo violento está lejos de acabar y nuestra misión sigue siendo la misma”, dijo.
“La población del EI que está siendo evacuada de los restantes vestigios del califato permanece en gran medida obstinada, inquebrantable y radicalizada”, precisó.
Islamic State Group's slow & miserable surrender. They caused millions to suffer, but brutalised and corrupted not just their enemies; but their own too. 12 year old Hamza is an IS orphan, he's now alone in Syria, as the final battle against the nightmare caliphate begins pic.twitter.com/cgI0uVlCi1
— Quentin Sommerville (@sommervilletv) March 1, 2019
“Necesitaremos mantener una ofensiva vigilante contra esta organización ahora ampliamente dispersa y desagregada”, añadió.
La Casa Blanca indicó después que cerca de 200 soldados estadounidenses de “mantenimiento de la paz” permanecerían en el norte de Siria indefinidamente.
Miembros de la administración Trump, incluido el Departamento de Defensa, alertaron reiteradamente de que sin una presencia sostenida, los yihadistas podrían resurgir en Siria en cuestión de meses.
Alrededor de una décima parte de las 58.000 personas que salieron de Baghuz desde principios de diciembre eran yihadistas que intentaban volver a una vida civil, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).Entre estas personas, más de 6.000 yihadistas fueron detenidos, según esta fuente.
Yihadistas acorralados
Los islamistas restantes están ahora rodeados por todos lados, con las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados en la orilla oeste del Éufrates bloqueando cualquier fuga a través del río y con las fuerzas del gobierno iraquí impidiéndoles avanzar río abajo.
Un alto oficial de las FDS aseveró que 400 yihadistas fueron capturados el martes por la noche cuando intentaban escapar de Baghuz.
La batalla contra el EI es hoy el principal frente de la guerra en Siria, que causó más de 360.000 muertos desde el 2011, en un momento en el que el régimen, apoyado por Rusia e Irán, recuperó el control de casi dos tercios del país.
La pérdida de Baghuz significaría para el EI el fin territorial del “califato” en Siria, tras la derrota en Irak en el 2017.
Pero a pesar de la inminente pérdida de Baghuz, el grupo cuenta todavía con células durmientes con combatientes esparcidos en el desierto sirio que aún logran perpetrar mortíferos atentados.