La Haya. Rusia debe cooperar en la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos durante la invasión rusa de Ucrania, declaró este viernes el fiscal del tribunal.
Karim Khan aseguró que Moscú rechaza trabajar con el tribunal desde la apertura de la investigación, pero que su “puerta está abierta”. “La invitación está. Mi puerta está abierta, y seguiré tocando a la puerta de la Federación Rusa”, afirmó el fiscal durante una entrevista en la sede del tribunal en La Haya.
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“Si hay alegatos de la Federación Rusa, si dispone de información, si está llevando a cabo su propia investigación o procesos o si tiene informaciones relevantes, que las comparta con nosotros”, agregó. El abogado también insistió en que los culpables de crímenes de guerra podrían ser llevados ante la justicia, aunque declinó decir si el presidente ruso Vladímir Putin podría algún día ser sospechoso.
Ni Rusia ni Ucrania son miembros de la CPI, pero Kiev ha aceptado la competencia de la Corte y está trabajando con la Fiscalía en la investigación de posibles crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en su territorio. Rusia asegura que las acusaciones de crímenes de guerra son falsas y Putin justificó la invasión diciendo que Ucrania estaba supervisando un “genocidio” en el este del país.
‘Campo de batalla’ y ‘escena de crimen’
El fiscal anunció una investigación sobre la situación en Ucrania cuatro días después de la invasión rusa el 24 de febrero. Desde entonces ha recibido luz verde de decenas de Estados miembro de la CPI.
En el marco de la investigación, Khan viajó a Bucha, una ciudad en el noroeste de Kiev donde periodistas de la AFP descubrieron 20 cadáveres de civiles esparcidos en una calle de la localidad. Cientos de personas fueron asesinadas en ese suburbio de la capital, según las autoridades locales.
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Un bombero participa en la extinción de un incendio en una fábrica de gypsum después de un bombardeo en la ciudad de Bakhmut, en la región del Donbás. (ARIS MESSINIS/AFP)
La semana pasada, el fiscal desplegó en Ucrania el mayor equipo de investigación jamás enviado sobre el terreno por el tribunal, creado en el 2002. “La realidad es que se trata de un campo de batalla, pero también es una escena de crimen”, declaró.
El equipo está “examinando fosas comunes” y recabando pruebas de satélite y de radar, tomando declaración a los testigos y ayudando a las autoridades ucranianas a desbloquear los teléfonos incautados para poder “limpiarlos” en busca de información, explicó.
Sin embargo, siguen existiendo dudas sobre dónde se llevarán a cabo los juicios por crímenes de guerra, y cómo se llevará a cabo el enjuiciamiento de los sospechosos. En ese sentido, Khan recordó “importantes éxitos” anteriores de los tribunales internacionales, como la condena de acusados por crímenes en las guerras de la antigua Yugoslavia y el genocidio de Ruanda en 1994.
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“Hoy en día, sabemos que es difícil esconderse, se necesita la cooperación de los estados para garantizar que se ejecuten las órdenes de detención”, subrayó. Kiev ya ha iniciado sus propios juicios por crímenes de guerra y condenó la semana pasada a un soldado ruso de 21 años a cadena perpetua por matar a un civil de 62 años.
La fiscal general de Ucrania propuso que la CPI se ocupara de casos de mayor importancia, pero Khan afirmó que el tribunal seguía trabajando con Ucrania y sus socios internacionales para encontrar el mejor camino. También rechazó dar “plazos artificiales” sobre el momento en que la CPI pueda presentar sus propias acusaciones.
Además, insistió en que la corte no estaba para “apuntar a un país en particular”, sino que tenía como objetivo “dar a conocer la verdad” sobre todos los crímenes de guerra cometidos en Ucrania.