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Un hombre cruza una carretera en las cercanías de un incendio forestal cerca de la central térmica de Kemerkoy, en Oren, Milas, al norte de Turquía, el 4 de agosto del 2021. (YASIN AKGUL/AFP)
Estambul. El fuego alcanzó este miércoles una central térmica del sur de Turquía que tuvo que ser evacuada, a causa de unos incendios que arrasan el país desde hace más de una semana y que están poniendo a prueba al poder del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Un equipo de periodistas de la zona vio a los bomberos, la Policía y los habitantes huyendo del lugar, mientras que las llamas se acercaban al perímetro de la central, cerca de la ciudad de Milas.
Responsables locales indicaron previamente que los tanques de hidrógeno que se utilizan para enfriar la central se habían vaciado y que los habían llenado de agua por precaución.
La planta funciona con carbón y petróleo, según explicaron sus responsables.
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En unas imágenes publicadas por el alcalde de Milas, Muhammet Tokat, se veía el fuego a las puertas de la central.
“La central ha sido completamente vaciada”, tuiteó Tokat.
Este miércoles temprano se logró controlar el incendio con dos aviones hidrantes enviados por España y helicópteros, que vertieron agua en las cumbres boscosas y en las zonas residenciales cercanas.
Sin embargo, por la tarde, el fuego volvió a ganar fuerza.
“Se lo estamos advirtiendo desde hace días. El incendio ha rodeado la central”, publicó en Twitter el alcalde de Milas, pidiendo el envío “urgente” de un avión hidrante a la zona.
Erdogan, bajo presión
En tanto, el presidente Erdogan, muy criticado por su gestión de los incendios, estaba siendo entrevistado en televisión cuando empezó la evacuación de la central.
“La central térmica está amenazada de incendiarse”, afirmó Erdogan. “Ha habido un viento tremendo. De otro modo, (el fuego) hubiera sido más fácil de contener”.
Más de 180 incendios han arrasado bosques, cultivos y zonas habitadas de las costas de Turquía desde el pasado miércoles.
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La oposición culpa al presidente Erdogan de no haber sabido mantener su flota de aviones hidrantes y de haber tardado demasiado en aceptar la ayuda internacional.
Asimismo, el regulador turco del sector audiovisual (RTUK, por sus siglas en turco) advirtió a las cadenas de televisión que deberían evitar difundir informaciones sobre los incendios susceptibles de “provocar miedo e inquietud” entre la población.
Erdogan, de su lado, acusó a la oposición de intentar sacar tajada de la situación, mientras que países vecinos como Grecia también se están viendo asolados por los incendios.
“Los incendios forestales son una amenaza internacional como la pandemia de covid-19”, se defendió el mandatario durante la entrevista televisada.
Una guerra
Durante los primeros días de los incendios, periodistas de medios progubernamentales acusaron al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada “terrorista” por Turquía y sus aliados occidentales, de estar detrás del fuego.
No obstante, las autoridades han citado a la ola de calor extremo que azota el sur de Turquía como la responsable.
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Según los expertos, el cambio climático en países como Turquía aumenta la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales.
El ministro turco de Agricultura, Bekir Pakdemirli, declaró que las temperaturas en la ciudad de Marmaris, en la región del Egeo, habían alcanzado el récord histórico de 45,5 ºC esta semana.
“Estamos librando una guerra”, comentó el ministro a los periodistas. “Debemos mantener altas la moral y la motivación. Pido a todo el mundo que sea paciente”, añadió.