Kuwait
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, llegó este lunes a Kuwait en el marco de una gira por el Golfo para tratar de impulsar una mediación en la crisis abierta entre Catar y sus vecinos, aliados estratégicos de Estados Unidos.
La gira también llevará Tillerson a Catar y a Arabia Saudí, según el Departamento de Estado, mientras que la mediación orquestada por Kuwait entre Doha y sus adversarios no parece haber avanzado.
Tillerson llegó a Kuwait procedente de Turquía, donde también había tratado la crisis del Golfo, y será recibido por la noche por el emir de Kuwait, jeque Sabah Al Ahmad Al Sabah. También se reunirá con su homólogo kuwaití, jeque Sabah Jaled Al Hamad Al Sabah.
Antes de Tillerson, los ministros de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Alemania y Omán, así como un alto responsable de la ONU, ya habían viajado a la región para ofrecerse, hasta ahora en vano, a mediar.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Catar, acusándolo de apoyar al "terrorismo" y de acercar sus posiciones con el Irán chiita, rival regional del reino saudí.
El 22 de junio, estos países presentaron a Catar una lista de 13 condiciones -incluyendo el cierre de la cadena Al-Yazira y la reducción de sus relaciones con Teherán- para levantar sus sanciones, entre estas, la clausura de la única frontera terrestre del emirato.
Pero Doha rechazó tanto las acusaciones como las demandas "irreales" de sus vecinos, juzgando que constituyen una violación de su soberanía.
Reunidos el miércoles en El Cairo, los cuatro países amenazaron con imponer nuevas sanciones a Catar, sin precisar cuáles.
Solución difícil. "Estamos en un callejón sin salida", declaró a los periodistas RC Hammond, portavoz de Tillerson, quien advirtió de que todavía se está "a unos meses" de "una solución real".
Estados Unidos, que tiene una base militar estratégica para la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Catar y su V Flota en Baréin, tiene importantes intereses económicos y políticos en el Golfo, quinto productor de petróleo del mundo.
Sin embargo, hasta la fecha, la administración de Donald Trump ha enviado señales contradictorias respecto a la crisis del Golfo.
Si bien el presidente estadounidense parecía dar un apoyo tácito al aislamiento de Catar, al que acusó públicamente de "financiar al terrorismo a un muy alto nivel", su jefe de la diplomacia adoptó desde el principio una estrategia de neutralidad.
"Es un último intento para salvar la situación e intentar resolver la crisis, que tiene consecuencias en la estabilidad regional, la lucha antiterrorista y la campaña contra el EI", indicó el analista kuwaití Abdalá Al Shayeji.
Sin embargo, el experto admitió que la mediación solo podrá saldarse con éxito si ambas partes hacen concesiones sustanciales.
Para Neil Partrick, especialista en el Golfo, la misión de Tillerson solo servirá de algo si los dirigentes de la región "creen que el secretario de Estado cuenta con el apoyo absoluto del presidente Trump".
Sin embargo, hasta ahora, ninguno de los bandos parece dispuesto a ceder.
"Ningún esfuerzo o mediación diplomática puede tener éxito mientras Doha no haya dado muestras de racionalidad, madurez y realismo", advirtió el ministro de Relaciones Exteriores emiratí, Anuar Gargash, en un tuit.