“Llego la hora de abrir un nuevo capítulo y de confiar la responsabilidad a la nueva generación”, dijo el emir, de 61 años, en su discurso.
“Hoy anuncio que entrego el poder al jeque Tamim ben Hamad al Thani”, prosiguió el hasta ahora jefe de este riquísimo estado productor de gas del Golfo.
El nuevo emir tiene 33 años y será el soberano más joven de las monarquías del golfo Pérsico.
Quedará por definir el nuevo príncipe heredero. Según la Constitución catarí, esta función debe recaer en uno de los hijos del nuevo emir. Sin embargo, el hijo mayor del nuevo soberano solo tiene cinco años de edad.
La abdicación del jeque Hamad, que accedió al trono en 1995 tras una revolución palaciega, es un hecho inédito en Catar y en la historia reciente del mundo árabe, donde hasta ahora nunca un soberano había renunciado voluntariamente.
El jeque Hamad derrocó a su padre, el jeque Jalifa, en 1995, durante una revolución palaciega y heredó un pequeño emirato casi desconocido entonces, con las arcas vacías.
En 18 años ha convertido a Catar en uno de los países más ricos del mundo, con un PIB per cápita de $86.440 en el 2011.