Caracas. AFP y AP. Los anuncios del presidente venezolano, Nicolás Maduro, para tratar de sacar a su país de la crisis económica, fueron recibidos con esperanza por empresarios que quieren creer en el futuro de sus negocios, aunque analistas fueron escépticos al considerarlos un simple paliativo.
En Lima, el director para América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, dijo ayer que las medidas “sirven para la recuperación de la economía venezolana, pero hay que hacer más”.
Maduro prometió el miércoles que el Estado pagará 30% de los miles de millones de dólares adeudados a importadores , buscará agilizar trámites y ofreció fondos para mejorar la producción.
Las medidas son parte de una “ofensiva económica”, según el presidente, en un contexto de bajo crecimiento, inflación disparada, desabastecimiento y falta de dólares en un mercado controlado por el Estado.
Maduro denuncia que existe una “guerra” económica contra su gobierno orquestada por un sector del empresariado ligado a opositores radicales y a grupos conservadores en Estados Unidos y Colombia.
“Excelente”, resumió sobre los anuncios Jorge Roig, presidente de la empresarial Fedecámaras, entidad a la cual Maduro acusa cíclicamente de “conspirar”.
Fedecámaras ha participado desde el inicio en el diálogo de pacificación lanzado por el Gobierno para hacer frente a las protestas populares iniciadas en febrero y que han dejado 41 muertos.
Debido al control cambiario que rige desde el 2003, los importadores dependen de que la larga cadena burocrática estatal acceda a otorgarles y entregarles los dólares necesarios para pagar sus compras.
Atrasos de más de un año en la entrega de divisas, gestaron un adeudo estimado por los empresarios en $13.000 millones, y son en parte origen de la escasez que alcanza a uno de cada cuatro productos básicos en el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Los analistas vieron los anuncios de forma más crítica.
Para Henkel García, director de la firma Econométrica, el pago de 30% de las deudas atrasadas con los empresarios –que Maduro dijo se hará de “manera inmediata”– traerá “mejoras puntuales” en el abastecimiento del mercado.
Pero eso será “solo en algunos rubros y dentro de cinco o seis meses vamos a ver nuevamente los mismos problemas”, señaló.
“¿Es esto es un anuncio de que no pagará el 70% restante de la deuda?”, cuestionó Maxim Ross, catedrático universitario que ha sido asesor del Banco Central de Venezuela. “Es la misma política de cuentagotas para apagar pequeños incendios que vuelven a encenderse”, añadió a la AFP.
“Ni siquiera es un problema de cambio de modelo económico, no escuchamos hablar de políticas para crear o incentivar empresas socialistas para promover la producción nacional”, dijo Ross.
Fomentar al débil aparato productivo nacional y acabar con un modelo basado en la renta petrolera desde hace décadas, fue otra de las aspiraciones enunciadas por Maduro, quien puso a disposición de empresarios fondos gubernamentales a modo de incentivo.
“Pudimos observar un tono para dirigirse al país con un ánimo de que el aparato productivo nacional progrese, que haya una mayor producción”, expresó Roig.
Henkel García se mostró escéptico respecto del diálogo sector privado-Gobierno: “Este acercamiento con empresarios no es nuevo, ya hubo otras aproximaciones” a las que luego siguen medidas como las anunciadas en noviembre, con rebajas compulsivas de precios y establecimiento de márgenes máximos de ganancias.
Entre tanto, el Gobierno y la oposición iniciaron ayer un tercer encuentro para tratar de avanzar en la conformación de la comisión que investigará los sucesos de los últimos dos meses y evaluar la situación de los “presos políticos” .
Empero, no existen mayores expectativas debido a que será una reunión de trabajo, dijo el diputado opositor Andrés Velásquez.