Sao Paulo AFP La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, condenó ayer las agresiones que sufrió un coronel de la Policía y los destrozos ocasionados durante una protesta en Sao Paulo la noche del viernes contra el costo del transporte público, que dejó 92 personas detenidas.
Más temprano durante la jornada, la Policía señaló al grupo anarquista Black Bloc (Bloque Negro) por la agresión al oficial y por los actos de violencia.
“Mi solidaridad con el coronel Reynaldo Simões Rossi, agredido cobardemente por un grupo de Black Bloc en Sao Paulo”, dijo la mandataria brasileña en su cuenta de Twitter.
“Son barbaries antidemocráticas (...) Las fuerzas de seguridad tienen la obligación de asegurar que las manifestaciones ocurran de forma libre y pacífica”, agregó.
La Policía señaló que notaron la presencia de integrantes anarquistas de Black Bloc, con quienes tuvieron fuertes encuentros.
El informe denunció que luego de las provocaciones, ese grupo de manifestantes protagonizó actos de violencia y se enfrentó con los efectivos policiales.
“En este episodio agredieron de forma cobarde al coronel, robando su pistola y su radio. Él tiene la clavícula quebrada y múltiples escoriaciones en el rostro y la cabeza”, describió el informe.
En imágenes difundidas por la Policía se ve al coronel rodeado por un grupo de encapuchados que lo golpean y a su lado otro policía, pistola en mano.
Arrestos. Las autoridades informaron que 92 personas quedaron detenidas, a las que responsabilizan de los destrozos en la vía pública y de las agresiones a los funcionarios policiales.
Vestidos de negro, enmascarados, con un pañuelo o una camiseta envuelta en la cabeza y moviéndose en masa, los Black Bloc han irrumpido en las manifestaciones callejeras en Brasil , donde llaman la atención por la violencia de sus acciones.
Tarifas. La manifestación, que fue convocada por el movimiento Pase Libre en demanda de transporte gratuito para estudiantes, comenzó de forma pacífica, con movilizaciones por la ciudad y los asistentes entonando consignas.
En junio pasado y durante la Copa Confederaciones de fútbol, movimientos como el de Pase Libre, que demandan mejoras en el transporte público, realizaron una andanada de manifestaciones masivas que estremecieron al país.
Un millón de personas inundó calles por todo Brasil reclamando por los millonarios gastos para el Mundial-2014, rechazando la corrupción y exigiendo mejoras en salud y educación.