México. AFP El gobierno mexicano informó este jueves que capturó al narcotraficante Gildardo López Astudillo, alias El Gil, quien presuntamente fue un actor clave en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa hace un año .
Agentes de la policía federal detuvieron el miércoles a El Gil en la turística ciudad de Taxco, Guerrero, a unos 180 kilómetros de la capital, gracias a un trabajo coordinado de varias dependencias y después de 11 meses de investigaciones, dijo el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales, en un mensaje a medios de comunicación.
El detenido, de 36 años, era cabecilla del cartel Guerreros Unidos en las ciudades de Iguala y Cocula (Guerrero), donde desaparecieron los jóvenes, y es señalado por diversos imputados “directamente como el autor material de la desaparición de 43 alumnos” de Ayotzinapa, precisó Salas.
Participación. La Fiscalía General había dicho que El Gil fue quien confundió a los jóvenes con miembros del cartel rival Los Rojos y quien transmitió esa información por mensaje de texto al ahora detenido líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, que habría autorizado así su asesinato.
Al parecer, el narco cambió tres veces de casa desde que participó en ese crimen que conmocionó a México y al mundo y por el que ya han sido detenidas 111 personas, entre ellas sicarios que presuntamente ejecutaron a los chicos o el exalcalde de Iguala y su mujer.
A El Gil, que en el momento de su detención iba armado y con una identificación falsa, se le acusa de delincuencia organizada y secuestro y ya fue trasladado a la sede de la fiscalía especializada en delincuencia organizada en la Ciudad de México.
Su testimonio puede ser clave para despejar los interrogantes sobre qué pasó con los 43 estudiantes de la combativa escuela de maestros de Ayotzinapa , que fueron atacados por policías de la cercana Iguala la noche del 26 de setiembre de 2014 mientras tomaban autobuses para una manifestación supuestamente por órdenes del exalcalde de Iguala.
Según la versión oficial, los jóvenes fueron entregados a miembros de Guerreros Unidos, que los habrían asesinado por pensar que eran Rojos. Luego, los narcos habrían incinerado sus cuerpos en el basurero de Cocula y habrían lanzado sus restos calcinados en bolsas en un río cercano.
Esta versión ha sido puesta en duda por los familiares de las víctimas y por el informe de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) , que asegura que no hay pruebas científicas de que fueran quemados en el basurero y pidió que se investigue si los jóvenes pudieron haber sido asesinados como represalia por haber tomado un bus cargado de droga.