Peshawar, Pakistán. AFP. Un comando talibán mató a 20 personas a hirió a otras 45 en un asalto ayer a una mezquita chiita de Peshawar (noroeste de Pakistán) durante la oración semanal, en otro ataque contra esta minoría religiosa en el país.
Según la Policía, tres hombres con chalecos explosivos y armas entraron en el recinto de la mezquita Imamia ,cortando la alambrada de espino, y la atacaron con granadas.
“Un kamikaze se hizo estallar en la entrada de la mezquita, otro fue ultimado por la Policía y el tercero capturado antes de ser eliminado”, resumió Nasir Durrani, inspector general de la Policía provincial.
El ataque acabó con la vida de al menos 20 civiles e hirió a 45 más, de acuerdo con el último balance de las autoridades y del hospital cercano.
El ataque lo reivindicó el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) , aliado de al-Qaeda y principal grupo rebelde en el país. Afirmó que era en venganza “por la muerte del doctor Usman”, un combatiente talibán condenado a muerte por haber atacado al Ejército en el 2009 y ahorcado en diciembre por orden de las autoridades.
“Sangre por sangre, seguiremos vengándonos duramente” del gobierno, añadió el portavoz del TTP, Muhamad Khurasani, en un comunicado publicado después del ataque a esta mezquita situada cerca de varios edificios gubernamentales.
En declaraciones a la televisión local Geo TV , Mushtaq Ghani, ministro de Información de la provincia de Jíber Pajtunkhwa –cuya capital es Peshawar–, lo consideró una reacción a las ofensivas militares emprendidas en los últimos meses contra los insurgentes en esa región.
Poco después del comienzo del ataque se elevaba una espesa humareda y la gente huía cargando heridos en la espalda.
El asalto duró aproximadamente una hora, informó la Policía, que se apresuró a neutralizar las granadas y explosivos que no habían estallado y a registrar los alrededores.
Peshawar suele ser blanco de atentados, debido sobre todo a su proximidad a las zonas tribales fronterizas con Afganistán, principales refugios de los rebeldes talibanes que luchan contra el gobierno de Islamabad.
El ataque se produjo dos semanas después de que 61 personas perdieron la vida en Shikarpur (sur), en un atentado contra una mezquita chiita , minoría religiosa que suele ser blanco de extremistas sunitas próximos a los talibanes y a al-Qaeda.
El atentado de Shikarpur lo reivindicó Jundulá, un grupúsculo cercano a los talibanes.
Los chiitas representan alrededor del 20% de la población en un país de 200 millones de habitantes y de mayoría sunita.