Buenos Aires. AP. La presidenta Cristina Fernández afrontará el domingo unas elecciones legislativas en las que se prevé una derrota del oficialismo en distritos electorales clave, lo que quizás sepultará cualquier intento reeleccionista y desencadenará una feroz pelea en el peronismo por su sucesión.
Los comicios, que tendrán lugar en la mitad del segundo mandato consecutivo de Fernández, constituyen el comienzo del fin del ciclo inaugurado en el 2003 con Néstor Kirchner, antecesor y fallecido marido de la mandataria, consideraron varios analistas.
La inflación, de un 25% anual según fuentes privadas, la caída de las reservas en coincidencia con las restricciones a la compra de divisas, el déficit fiscal y el juicio que un grupo de compradores de bonos extranjeros mantiene contra Argentina –en el que exigen el pago de títulos en mora por unos $1.400 millone– auguran un horizonte con nubarrones para el gobierno.
Otro ciclo, pero sin líder. En el nuevo ciclo político que se abriría luego del domingo, el oficialismo aparece huérfano de líderes de cara a los comicios presidenciales del 2015.
“Fernández no tiene sucesores competitivos dentro del peronismo que lidera” y “no tendrá posibilidades” de aspirar a una reelección después de los comicios, dijo la analista Mariel Fornoni, doctora en Dirección de Empresas y directiva de la consultora Management & Fit, quien cree que el oficialismo no reunirá, ni por asomo, los votos necesarios en el Parlamento para intentar una reforma de la Constitución que la habilite para un eventual tercer mandato consecutivo.
En las votaciones primarias de agosto, donde fueron elegidos los candidatos a legisladores para los comicios del domingo, Fernández perdió la mitad del respaldo que obtuvo en el 2011 cuando fue reelegida para la primera magistratura con 54,11% de los votos.
“No va a cambiar el escenario respecto a las primarias” , anticipó Jorge Daniel Giacobbe, director de Giacobbe & Asociados Opinión Pública. “ Ninguna de las cosas que sucedieron entre esas elecciones y ahora lograron mucho movimiento de votos” , agregó.
De acuerdo con las encuestas, el problema de salud de la presidenta – operada de un hematoma en el cráneo el 8 de octubre– no ha creado una corriente de empatía hacia ella y la tendencia de voto para el oficialismo continúa siendo desfavorable en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país, con 37,4% del padrón electoral nacional y el más importante campo de batalla, y en otros lugares clave como la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Santa Fe y Córdoba.
Según los sondeos, el oficialismo podría retener la mayoría en la Cámara de Diputados con el apoyo de sus tradicionales aliados, pero por un margen muy exiguo, mientras es bastante probable que la pierda en el Senado.
El domingo se renovará la mitad de la Cámara de Diputados, formada por 257 legisladores, y un tercio del Senado, de 72 integrantes.
Sin embargo, el gobierno no tendría tantos inconvenientes a la vista en el Congreso, ya que lidiará con una oposición fragmentada y los analistas no descartan que legisladores del peronismo disidente y de pequeños partidos provinciales se pasen a filas oficialistas a la hora de votar ciertos proyectos.
Asimismo, el oficialismo logró prorrogar hasta fines del 2015 el cobro de dos impuestos que le aseguran fondos y una ley de emergencia económica aprobada en 2002, en plena crisis, que cede al gobierno facultades extraordinarias en materia cambiaria y financiera.